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jueves, 28 de noviembre de 2013

SOYA PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA (Parte IV)

(Vanesa Herrera, Sonia Gallinotti y Leandro Castaño)


Sería conveniente una reglamentación basada en varios puntos fundamentales. El primero sería, la rotación obligatoria de cultivos, donde deba figurar una exigencia de no hacer monocultivos. De esa manera tendríamos más cultivos como el trigo y el maíz que generan un gran aporte de volumen de rastrojos y de materia orgánica que enriquece al suelo.
Por otro lado, como arista central, que la utilización de agroquímicos se efectúe en dosis de control porcentual y no de aniquilación total,  es un concepto que demanda educación para los productores, los dirigentes y sobre todo los técnicos que deben gerenciar cultivos.
Hacer hincapié en la protección de la horticultura comercial y familiar. Cuando la agricultura se hace en gran escala por los “pooles” y con la velocidad que esto requiere, hay que tener muy en cuenta todo lo intensivo y semi intensivo que rodea a una ciudad y a todos los montes de los campos que son sobrevolados con productos, porque ahí hay una agricultura familiar que permite vivir. Por lo tanto hay que tener conciencia y respeto por los demás.
Los contratistas y quienes manejan las maquinarias que hay disponibles para las tareas de siembra y cosecha –entre otras–, optan por abocarse a los trabajos en grandes latifundios y por lo general ni siquiera consideran los pedidos de los pequeños productores, que sin otro remedio deben alquilar a quienes de uno u otro modo no solo manejan grandes extensiones sino también los servicios.
No hay que dejar de lado, que los alquileres terminan conviniendo porque otorgan buen dinero, pero que a la vez los propietarios de la tierra dejan de ser productores.
Los dueños de los campos, dejan de ser productores, y es muy difícil determinar si volverán a serlo.

jueves, 21 de noviembre de 2013

SOYA PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA (Parte III)

(Vanesa Herrera, Sonia Gallinotti y Leandro Castaño)


El colmo de los males son los “pooles” de siembra, que conspiran contra la ruralidad y afectan a los pequeños productores que subsisten en el campo. La problemática se enraíza en que hay cada vez menos minifundistas y en que se va concentrando la producción en pocas manos.
Esta nueva figura tiene una tendencia a no diversificar la producción, a manejar un solo cultivo y en este caso el elegido para esta época es la soya, después de muchos años de monocultivos de soya, y en suelos arenosos con poca materia orgánica, los suelos pueden quedar en un desierto.
Estas corporaciones de capitales golondrina, alquilan campos a precios útiles para los dueños que obtienen una buena renta sin necesitar esforzarse con trabajo diario, el fenómeno de la soya sólo favorece a los grandes productores.
El drama a corto plazo es comercial, porque los “pooles” alquilan las tierras pero utilizan sus propias maquinarias e insumos. En síntesis, no compran productos, no alquilan herramientas, ni ocupan mano de obra de las comunidades.
Se favorece gente que no tiene nada que ver con el campo, porque ponen dinero en un “pool” de siembra en vez de dejarla en el banco, y le sacan una rentabilidad en 6 ó 7 meses, mucho mayor. Esto contribuye a que cada vez se cultiven más extensiones con soya.
El gran inconveniente a largo plazo, es que su manejo es intensivo, porque necesitan obtener grandes cosechas en los lapsos más cortos posibles. Esto, genera un gran perjuicio para los suelos, el posterior empobrecimiento y todas las consecuencias antes enumeradas, como compactación, acidificación, salinización y desertificación.
Los “pooles” generan crecimiento de unos pocos, en vez del desarrollo de muchos. Generan un uso abusivo e irracional del suelo, tienen un comportamiento netamente antisocial porque no dejan nada en la comunidad, hacen perder cultura del trabajo a la gente, y utilizan tecnología de punta en maquinarias que prescinden de empleados.

martes, 19 de noviembre de 2013

SOYA PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA (Parte II)


(Vanesa Herrera, Sonia Gallinotti y Leandro Castaño)

En un mediano plazo los suelos comienzan a resentirse de manera alarmante por la pérdida de estructura orgánica, de porosidad y de riqueza biológica. La única solución es el desarrollo de planteos de rotación que incluyan a otros cultivos y permitan la sustentabilidad y la conservación de los suelos.
El inconveniente primario es la compactación, que se manifiesta en la pérdida de la porosidad del suelo, y afecta a la vida microbiana, fundamental para el desarrollo de todos los procesos biológicos que generan la fertilidad mediante la descomposición de la materia orgánica y nutren a las plantas. Es la falta de aireación, que deriva en un menor desarrollo de los cultivos y en impedimentos para poder lograr una agricultura o una ganadería rentable.
Un suelo se compacta por orígenes naturales inevitables o por consecuencia de malos manejos derivados de la actividad humana, pero la recuperación es un proceso que depende de las características propias de cada terreno, y por ejemplo los suelos arcillosos demandan de períodos más prolongados y de procesos más complejos que los arenosos.
La salinización es un problema al que no se le ha encontrado una solución, y si la hay es de altísimo costo. Eso se debe a que una alternativa es hacer sistemas de drenajes internos y lavados de los suelos. Es un método que se lleva a cabo en países donde las parcelas son más chicas y se depende de manera exclusiva de la productividad de las tierras.
Hay que convivir con la salinización, respetar el problema del terreno, y adaptarse a la aptitud de ese suelo. Los técnicos recomiendan dejar intactos a este tipo de suelos, no someterlos a labranza, y sólo en determinados casos sembrar en forma directa.
La salinización contribuye a la desertificación, al igual que otros factores tales como la erosión eólica que vuela la capa fértil.
Por otro lado, la acidificación se produce por excesos de agricultura, por abusos con los fertilizantes, y provoca que la vida del suelo se vea resentida, que los nutrientes no estén disponibles para las plantas y que por lo tanto no crezcan los cultivos.
El cultivo de soya, es altamente extractivo de nutrientes fundamentales como el nitrógeno, fósforo, calcio, potasio. Algunas mediciones, dan cuenta de pérdidas significativas de nutrientes inclusive de un año para el otro.
Es la parte menos agradable de los índices de cosecha, porque la soya se lleva en sus granos, entre el 60 y el 80 por ciento de los nutrientes que absorbe la planta durante su desarrollo.
Otros cultivos, como el maíz, le aportan mucha más materia orgánica a la tierra que la soya, y de aquí surge la propuesta de rotación para pensar en el cuidado y la sustentabilidad del recurso.

lunes, 18 de noviembre de 2013

SOYA PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA (PARTE I)



(Vanesa Herrera, Sonia Gallinotti y Leandro Castaño)

La soya avanza y se extiende más allá de las fronteras tradicionales de la agricultura. El fenómeno de la “soyización” apareja una serie de interrogantes de fácil respuesta y desprende un abanico de consecuencias no del todo beneficiosas para las economías locales y regionales.
La industria biotecnológica asegura que los cultivos transgénicos brindan mejores rendimientos y que insumen menor cantidad de herbicidas. En cambio, el gran aumento productivo de la soya se debe al incremento progresivo de las superficies cultivadas, mediante el corrimiento de las fronteras agrícolas hacia terrenos ajenos a la agricultura. Como los bosques.
El monocultivo soyero se adjudica de manera progresiva un gran porcentaje de las millones de hectáreas destinadas a la producción agropecuaria, y de este modo disminuye por lógica el espacio de otras especies tradicionales como el trigo, maíz, girasol e inclusive de la ganadería.
Existen varias razones para que el crecimiento sea tan abrupto y desmedido, y entre ellas se puede enumerar que el cultivo es el más fácil de producir, que los productores pueden guardar sus propias semillas, que los réditos son elevados y por eso el fenómeno no cesa.
Esta lógica de rentabilidad de alta seducción lleva a un resultado de “soya para hoy, y hambre para mañana”.
Con la fuerte irrupción de la soya, el escenario productivo agroalimentario se polariza y son cada vez menos los que obtienen mayores ganancias, al mismo tiempo que aumenta el número de los que menos ganan.
Una realidad complicada también, es la de la ganadería, que es acorralada en general por la agricultura, y por la soya en particular, porque la soya puede llegar a tener rendimientos aceptables en lugares donde otros cultivos no son rentables, y otorga mayor ganancia que la ganadería en menor tiempo. La soya es casi una mala hierba que crece en todas partes, y requiere de insumos mínimos para rendir a límites extremos.

lunes, 11 de noviembre de 2013

A PROPÓSITO DE LA QUINTA MUNICIPAL



En el marco de la protección del medio ambiente, el Plan de Uso del Suelo (PLUS) debe proponer e institucionalizar reglas generales de uso que impidan la destrucción de los recursos, reservando áreas protegidas de la presión de la demanda de los usuarios (empresarios, forestales, constructores de caminos y de otras infraestructuras, dotación de tierras y desmontes).  
Los estudios detallados para la valorización de las áreas protegidas, la puesta en valor del potencial ecológico, la protección y el manejo de dichas áreas no son la tarea del PLUS, pero sí de las instituciones y ONG’s especializadas y encargadas por Ley o decisión política de la responsabilidad principal de intervenciones positivas en dichas áreas.
Esta repartición de las responsabilidades no cambia con el PLUS. El PLUS propone y fiscaliza las reglas generales de uso, concentrándose sobre los temas de la prohibición de las intervenciones no deseables. Los actores del sector de la protección del medio ambiente siguen llevando la responsabilidad en este conjunto de las acciones necesarias.
Las principales necesidades de protección y conservación de la naturaleza han sido consideradas en la elaboración del PLUS, para evitar posibles daños irreversibles o para limitar los procesos de degradación.
Generalmente, la función de protección se entiende como el conjunto de restricciones necesarias para mantener el buen funcionamiento del ecosistema.
En este concepto, es importante la protección de ciertos factores que juegan un papel sobresaliente, y justifican restricciones de uso. Dichas restricciones se establecieron según varios criterios:
       Bosque de protección de orillas de ríos (BP-1). Estas formaciones tienen un alto valor intrínseco, por la riqueza y la diversidad de la flora, al estar poco intervenidas.
       En estas áreas, toda forma de aprovechamiento está prohibida porque la desaparición de la cobertura vegetal actual, o su degradación, tendría consecuencias negativas, no solo para sus propietarios, sino también en otras áreas más alejadas. La noción de interés general es aquí más importante que la libertad individual, la que explica las restricciones rigurosas.
       Ejemplos: bosques ribereños: la función de protección de los bosques, sobre todo en las cuencas altas de los ríos, es indiscutiblemente importante, no solo para sus propios ocupantes, sino también para evitar o amortiguar las inundaciones y la erosión, que pueden tener efectos más negativos, muy lejos, aguas abajo. Los ejemplos de los ríos Piray y Grande son suficientemente conocidos para documentar la necesidad de las medidas de protección.