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martes, 31 de mayo de 2011

CAMPAÑA “POR LOS BOSQUES Y LA VIDA”



La Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra, con el apoyo de instituciones públicas, privadas, ONG’s organizaciones sociales, empresarios, cámaras, estudiantes, universitarios, fundaciones, medios de comunicación y diferentes sectores de la sociedad civil, está emprendiendo una campaña que permita sensibilizar, en primera instancia, al ser humano sobre su relación con los recursos que le provee el bosque, y en una segunda instancia, participar en acciones y movilizaciones concretas que permitan una toma de conciencia sobre la valoración del bosque y la dependencia cotidiana del ser humano con él.
Esta campaña busca evitar además, los desmontes ilegales e incendios en el país y mitigar los efectos negativas de estas actividades.
El lanzamiento oficial de la campaña se llevará a cabo este 31 de mayo, en la sala de teatro de la Casa de la Cultura, ubicado en la Plaza 24 de Septiembre de la ciudad de Santa Cruz – Bolivia, lugar donde se firmará un compromiso con la campaña mediante la firma en libros de adhesiones.
Asimismo, en fecha 17 de junio, se llevará a cabo la gran movilización nacional contra las quemas y desmontes ilegales, siendo el epicentro el Parque Urbano.

lunes, 23 de mayo de 2011

DÍA MUNDIAL DE LA BIODIVERSIDAD



El Día Mundial de la Diversidad Biológica, o Biodiversidad, se celebra cada 22 de mayo desde el año 2000. Con motivo del Año Internacional de los Bosques, se hará especial hincapié en la protección y recuperación de estos espacios naturales, esenciales para la supervivencia de miles de especies en todo el mundo.
La acelerada pérdida global de especies llevó a la ONU a proclamar 2010 como Año Internacional de la Diversidad Biológica. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la tasa de desaparición de especies en el último siglo es mil veces superior a la natural, como consecuencia del cada vez mayor impacto de las actividades humanas. La Lista Roja de la UICN es un desolador recorrido que recopila las especies más amenazadas del mundo.
La ONU señala como principales amenazas la deforestación, los cambios en el hábitat y la degradación de las tierras, los efectos del cambio climático o la propagación de las especies exóticas invasoras. Los consumidores pueden contribuir a luchar contra la pérdida de biodiversidad.
La extinción de especies amenaza no solo a la naturaleza, sino a la humanidad misma. Todos los seres vivos, incluidos los humanos, dependen de la biodiversidad y los recursos naturales que proporciona.
Diversas investigaciones han empezado a cuantificar el valor económico que supone la desaparición de las especies y la degradación de sus ecosistemas. Josh Bishop, coordinador del estudio "The Economics of Ecosystems and Biodiversity (TEEB)", señala que las dos terceras partes del valor económico de la naturaleza son invisibles y no se tienen en cuenta.

lunes, 16 de mayo de 2011

LA HUMANIDAD PUEDE Y DEBE HACER MÁS CON MENOS




Para 2050, la humanidad podría devorar alrededor de 140 millones de toneladas de minerales, combustibles fósiles y de biomasa al año – tres veces su apetito actual – a menos que la tasa de crecimiento económico sea "desacoplada" de la tasa de consumo de recursos naturales.
Los ciudadanos de los países desarrollados consumen en promedio 16 toneladas per cápita de estos cuatro recursos claves (en un rango que alcanza hasta 40 o más toneladas por persona en algunos países desarrollados). En comparación, en la actualidad la persona promedio en India consume cuatro toneladas por año.
Con el crecimiento de la población y la prosperidad, especialmente en países en desarrollo, la expectativa de niveles mucho más altos de consumo de recursos va "mucho más allá de lo sostenible" si se tiene en cuenta que todos los recursos del mundo son finitos.
De hecho, el mundo se está quedando sin fuentes baratas y de alta calidad de algunos materiales esenciales como el petróleo, el cobre y el oro, cuyos suministros requieren, a su vez, volúmenes, cada vez más altos, de combustibles fósiles y de agua dulce para su producción.
Mejorar la tasa de productividad de los recursos ("hacer más con menos") de manera más rápida que la tasa de crecimiento económico es la idea atrás del concepto de "desacoplamiento". Ese objetivo, sin embargo, exige un replanteamiento urgente de los vínculos entre el uso de los recursos y la prosperidad económica, respaldada por una inversión masiva en innovación tecnológica, financiera y social, hasta al menos congelar el nivel de consumo per cápita en los países ricos y ayudar a las naciones en desarrollo a seguir una ruta más sostenible.
Los expertos señalan que la tendencia hacia la urbanización podría ayudar, debido a que las ciudades permitirán economías de escala y una prestación de servicios más eficiente. Lugares densamente poblados consumen menos recursos per cápita que aquellos con densidades poblaciones muy bajas, gracias a las economías en áreas tales como el suministro de agua, vivienda, gestión de residuos y reciclaje, uso de energía y transporte, dicen los expertos.
"La gente cree que los “males” ambientales son el precio que debemos pagar para contar con “bienes” económicos. Sin embargo, no podemos, ni necesitamos, seguir actuando como si esta disyuntiva fuera inevitable". "El desacoplamiento es parte de una transición hacia una Economía verde, baja en carbono, eficiente en el uso de recursos, la cual es necesaria para estimular el crecimiento, generar empleos decentes y erradicar la pobreza de una manera que la huella de la humanidad se mantenga dentro de los límites del planeta."
El promedio global anual de consumo per cápita de recursos fue de 8 a 10 toneladas en 2000, casi el doble de la tasa registrada en 1900. En 2000, la tasa promedio en los países industrializados (hogar de una quinta parte de la población mundial) fue aproximadamente el doble del promedio mundial y cuatro o cinco veces superior al de los países en desarrollo más pobres.
La tasa de consumo per cápita global (y nacional) se calcula dividiendo la extracción total mundial (y nacional) de minerales, combustibles fósiles y biomasa entre el total de población mundial (y nacional).
Sin embargo, la rápida expansión del comercio internacional oculta la responsabilidad por el consumo de recursos y su impacto ambiental.
Durante el siglo pasado, los controles de la contaminación y otras medidas han reducido los impactos ambientales del crecimiento económico. Gracias a las innovaciones en la fabricación, diseño de productos y uso de la energía - apoyado por el creciente número de personas que viven estilos de vida más eficiente en las ciudades - la economía mundial ha crecido más rápido que el crecimiento del consumo de recursos.
Sin embargo, esas mejoras han sido sólo relativas. En términos absolutos - con el crecimiento de la población, los altos niveles de consumo en los países industrializados, y el aumento de la demanda de bienes materiales, especialmente en China, India, Brasil y otras economías rápidamente emergentes – el uso total de recursos creció ocho veces, de 6 mil millones toneladas en 1900 hasta 49 mil millones de toneladas en 2000. Se estima que actualmente alcanza 59 millones de toneladas.
El desacoplamiento "requerirá de cambios significativos en las políticas gubernamentales, el comportamiento empresarial, y los patrones de consumo del público. ... La innovación, incluso la innovación radical, será requerida”.

lunes, 9 de mayo de 2011

ARQUITECTURA VERDE, UNA TENDENCIA QUE CRECE EN LA REGIÓN




(Fabián Garreta)
Desde hace varios años escuchamos hablar sobre la arquitectura sustentable y las propuestas de construcción amigable con el medioambiente que surgen alrededor del globo. Edificios públicos o privados, torres, casas y hoteles se están sumando a la onda verde con el objetivo de minimizar el impacto y lograr mayor armonía con el entorno.
A causa del marketing ecológico existen empresas que denominan a sus edificios como sustentables cuando en realidad sólo presentan algunos componentes amigables con el ambiente (como energía alternativa, dispositivos para el uso eficiente del agua, jardines en las terrazas u optimización del clima interior, entre otros). Pero para que una construcción sea efectivamente verde debe reunir todos estos requisitos y no incorporarlos de manera aislada. Sólo así podrá reducir de manera significativa o, en el mejor de los casos, eliminar el impacto negativo sobre el medioambiente y sus habitantes.
Un edificio suma sustentabilidad cuando se adapta al clima y tiene resoluciones ambientales de diseño como iluminación natural, acondicionamiento pasivo y materiales no tóxicos. A esto debe sumarse que las instalaciones sean eficientes y contengan energías renovables.
Más allá de que en un principio desarrollar este tipo de prácticas puede parecer más costoso que cumplir con las formas tradicionales, a lo largo de los años la optimización del lugar permite ahorrar en energía y agua, dándole más valor a la vivienda. Además, los beneficios incluyen mejor calidad de edificio, más confort, más ahorro energético y económico, menos huella de carbono y mejor calidad de vida para todos sus habitantes.
A estas ventajas se suma la creciente difusión sobre el cambio climático y la necesidad de desarrollar prácticas más amigables con el planeta. Es por este motivo que la construcción verde es una tendencia en aumento: hay más demanda de este tipo de arquitectura y los que más se involucran son los estratos medios y altos de la sociedad, quienes han podido constatar que esto es una fuerte tendencia en el mundo desde hace ya un par de décadas.
El motivo es cultural, impulsado por la conciencia ambiental y el ahorro económico.
Esta tendencia se va a ir siendo cada vez más firme
A pesar de que se registra un importante crecimiento de las construcciones verdes, todavía falta mucho para que se trate de una producción a gran escala, capaz de reemplazar a la arquitectura tradicional.
Uno de los principales problemas en la región es que todavía estamos cometiendo el error de no comprender la esencia del tema. Pensamos que la sustentabilidad es sólo la imagen de un techo verde y un panel solar pero sin contenido. En realidad la sustentabilidad tiene fundamentos científicos que justifican o no cada decisión de diseño.
A la arquitectura local le cuesta encarar un cambio real, donde se ponga en crisis las viejas fórmulas que generaron edificios ineficientes, donde el confort depende de los equipos termomecánicos. Sudamérica está comenzando a dar los primeros pasos en este campo, pero con andador. Europa, EEUU, Japón, Australia ya están muy lejos.
No obstante estas dificultades, se cree que la tendencia se va a ir haciendo cada vez más firme, ya que esto va en paralelo con la crisis energética mundial y la contaminación del planeta. Lo que faltaría es más capacitación y rigor técnico en el proyecto.
Hoy en día el sector de la construcción es uno de los más contaminantes, generando entre el 30 y el 40 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Es en este sentido que resulta fundamental un cambio hacia formas más responsables, entendiendo que el desempeño ambiental debe considerarse en cada etapa del proceso para generar así no sólo una mayor armonía con el entorno sino que además una mejor calidad de vida para todos los habitantes.

miércoles, 4 de mayo de 2011

EL SUELO DE UN BOSQUE EROSIONADO PUEDE TARDAR MILLONES DE AÑOS EN REGENERARSE



El suelo de un bosque erosionado tras un incendio, abocado a una desertización casi segura, precisará de miles a millones de años para que, en condiciones óptimas, se regenere ese ecosistema forestal a partir de una roca desnuda
Para acelerar la recuperación del suelo, un almacén de agua y nutrientes, lo primero es estudiar los daños y la meteorología y protegerlo de la erosión que lo amenaza.
Así lo ha explicado en una entrevista con EFEVerde la científica española, María Tarsy Carballas, doctora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), licenciada en Química, doctora en Farmacia y especialista en Edafología.
El suelo, una formación viva y dinámica, puede necesitar millones de años para que los elementos que intervienen en su formación actúen favorablemente: el tipo de roca, clima, organismos vivos, tiempo, acción del hombre...
No obstante, ha reconocido la investigadora, al suelo no se le da la importancia adecuada ya que es patente la dificultad de la sociedad para percibir la degradación que sufre el suelo.
Es muy importante evitar "el temido" proceso de erosión post-incendio, que desemboca en graves problemas medioambientales, sociales y económicos, porque los materiales arrastrados pueden provocar desequilibrios en los ecosistemas terrestres y acuáticos que reciben dichos materiales.
Para la investigadora, la repercusión más grave del fuego es la "pérdida irreversible de toneladas de suelo" como consecuencia de la incidencia de más incendios y erosión sobre la misma zona.
El primer proceso en la regeneración del suelo es la siembra de una cubierta vegetal, mezcla de leguminosas y gramíneas que ayudan a su recuperación (las leguminosas desarrollan rápidamente un sistema radicular en tierra y las gramíneas en la parte aérea).
De esta manera el suelo se cubre con vegetación, pero no transforma un bosque en un prado, ha insistido Carballa, simplemente se cubre en una primera fase para restaurar ese ecosistema evitando cualquier perturbación del suelo como la utilización de maquinaria pesada.
Ha resaltado la importancia que tiene para la regeneración forestal" la capa de ceniza resultante del fuego" ya que las nuevas semillas que se plantan se alimentan de los nutrientes de esa vegetación ahora convertida en ceniza y que serán la base de la fertilidad para la regeneración de las plantas.
Esos nutrientes utilizados por las herbáceas vuelven de nuevo a la tierra cuando estas plantas llegan a la senectud y se descomponen en el suelo, participando de forma activa en el ciclo biológico de la Naturaleza.
Para que las semillas que se siembran germinen con rapidez, se emplea la técnica de la hidrosiembra, un tipo de actuación que se realiza en terrenos donde existe un riesgo potencial de erosión y ausencia de material orgánico y déficit de elementos nutritivos.
La científica ha rememorado con cierta nostalgia, la década de los años 60 cuando se inició en el estudio de perfiles de suelos e investigaba sobre suelos con más de un metro de profundidad, mientras que hoy en día "la roca se encuentra al descubierto" en esas mismas zonas.
Carballas ha destacado que, aunque lo "mejor de un incendio es que no se produzca", está en desacuerdo con las medidas adoptadas por los Gobiernos que, desgraciadamente prefieren invertir más en la extinción que en la prevención".
"Habría que montar más campañas de educación, alertas, vigilancia y campañas de concienciación en televisión y radio, y nuevas tecnologías de predicción de zonas con riesgo de incendios".