Hace cuatro décadas nació en Kenya el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), una entidad encargada de coordinar la respuesta global frente a los desafíos ambientales que amenazan al planeta.
Varios fueron los países que optaron por la sede del organismo internacional, sin embargo, fue la nación africana la que ganó el debate diplomático, convirtiéndose así en el primer país en desarrollo en acoger una sede de la ONU.
Achim Steiner, secretario general adjunto de las Naciones Unidas y director ejecutivo de Pnuma, destaca los inicios y primeros aportes científicos del programa, así como su contribución en negociaciones de tratados internacionales para responder a las crisis ambientales emergentes.
Ejemplo de ello lo constituye el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias agotadoras de la capa de ozono, el revestimiento protector que filtra los niveles dañinos de los rayos ultravioleta procedentes del sol.
También en la década del 80, el Pnuma y la Organización Meteorológica Mundial crearon el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, que se ha convertido en la principal evaluación de riesgo y punto de referencia más importante para los gobiernos sobre tendencias e impactos probables del cambio climático.
En la actualidad, el organismo continúa la labor de presentar conocimientos científicos y convocar negociaciones de tratados, como lo sucedido hace unos meses cuando gobiernos de todo el mundo se reunieron para impulsar avances en los planes para la formulación de un acuerdo global relativo al mercurio.
Asimismo trabajó en acuerdos referidos a energías renovables, proyectos forestales, eliminación del plomo en combustibles utilizados en el transporte.
Desde 2008, la organización aboga por la economía verde como instrumento para impulsar el desarrollo y generar fuentes de trabajo, pero de modo que mantenga la huella de la humanidad dentro de las fronteras ecológicas.
Algunos gobiernos, como los de Kenya y Alemania, también han señalado que ha llegado el momento de fortalecer el Pnuma, posiblemente transformándolo en una Organización Mundial para el Medio Ambiente.
El surgimiento del Pnuma como resultado de la Conferencia de Estocolmo en 1972 fue un paquete sorpresa, solo el tiempo dirá si junio de 2012 llevará el proceso evolutivo de su historia a un nivel más alto, concluye el documento.
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