Los países ricos deberán cambiar sus hábitos alimentarios y consumir menos carne para paliar los problemas de la alimentación y preservar el planeta, según un estudio francés.
La observación efectuada por dos institutos galos de investigación agronómica, (INRA y CIRAD), visualiza los nueve mil millones de personas que poblarán la Tierra para 2050 y la necesidad de nutrirlos sin provocar crisis ni dañar el ecosistema.
De acuerdo al informe Agrimonde las disparidades son fuertes pues mientras en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) un individuo come el equivalente a cuatro mil calorías por día en África subsahariana el máximo apenas sobrepasa los dos mil.
Para lograr un equilibrio los países del norte deberían disminuir un 25 por ciento del consumo calórico cotidiano indican los autores del trabajo.
Para ello proponen entre otras sugerencias cambiar los hábitos alimenticios introduciendo mayor cantidad de vegetales y frutos y reducir la cantidad de carne en los platos.
En referencia a este último argumento los especialistas detallan que se destinan miles de recursos para la producción animal, sean cereales, agua u otras reservas que podrían directamente servir al ser humano y al mismo tiempo permitirían la preservación de la naturaleza.
Los investigadores lamentan además que entre un 30 y un 50 por ciento de la comida se bote por mala planificación o en muchas ocasiones por tener los productos una fecha de caducidad demasiado prematura para un real deterioro de los alimentos. El estudio remarca que existe la posibilidad de lograr una nutrición adecuada para los habitantes del planeta en 2050 pero será necesario hacer sacrificios que no vayan en detrimento del medio ambiente.
La observación efectuada por dos institutos galos de investigación agronómica, (INRA y CIRAD), visualiza los nueve mil millones de personas que poblarán la Tierra para 2050 y la necesidad de nutrirlos sin provocar crisis ni dañar el ecosistema.
De acuerdo al informe Agrimonde las disparidades son fuertes pues mientras en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) un individuo come el equivalente a cuatro mil calorías por día en África subsahariana el máximo apenas sobrepasa los dos mil.
Para lograr un equilibrio los países del norte deberían disminuir un 25 por ciento del consumo calórico cotidiano indican los autores del trabajo.
Para ello proponen entre otras sugerencias cambiar los hábitos alimenticios introduciendo mayor cantidad de vegetales y frutos y reducir la cantidad de carne en los platos.
En referencia a este último argumento los especialistas detallan que se destinan miles de recursos para la producción animal, sean cereales, agua u otras reservas que podrían directamente servir al ser humano y al mismo tiempo permitirían la preservación de la naturaleza.
Los investigadores lamentan además que entre un 30 y un 50 por ciento de la comida se bote por mala planificación o en muchas ocasiones por tener los productos una fecha de caducidad demasiado prematura para un real deterioro de los alimentos. El estudio remarca que existe la posibilidad de lograr una nutrición adecuada para los habitantes del planeta en 2050 pero será necesario hacer sacrificios que no vayan en detrimento del medio ambiente.
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