Bolivia es el mayor productor de llamas en el mundo, con un 62 por ciento de la producción. Desde épocas prehispánicas la llama era utilizada simplemente como bestia de carga y alimento para los pobladores indígenas, sin embargo con el transcurrir del tiempo, muchos investigadores han comenzado a identificar sus cualidades económicas; teniendo como principales alternativas económicas la explotación de la fibra, carne, cuero y otros subproductos.
La llama es un animal de alimentación ecológica y orgánica en nuestro medio, tiene una alta conversión alimenticia y es animal extraordinario por no ser exigente en la alimentación y requiere menor mano de obra en el proceso de la producción.
Hoy la actividad ganadera ofrece muchas alternativas económicas, considerando que la carne del camélido por su bajo nivel de colesterol es apetecido en Europa y Estados Unidos así como su fibra y cuero son requeridos por la industria.
En el territorio boliviano este animal habita en los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y parte de Cochabamba; aunque su crianza últimamente se está extendiendo a Tarija y Chuquisaca.
De acuerdo al Censo de 1997 realizado por la Unidad Nacional Ejecutora de Camélidos (UNEPCA) existen 2,8 millones de camélidos de los cuales 1.500 son llamas.
Una llama puede costar entre 50 a 100 dólares, sin embargo, los criadores de llama venden sus piezas a 11 bolivianos el kilo de carne (menos de dos dólares) y la pieza de cuero entre 10 y 12 bolivianos, dependiendo si tiene lana.Una de las virtudes del cuero de llama es su alta resistencia; comparado con otros cueros como la oveja o la vaca; aspecto que puede ser bien utilizado en ropas de protección, no tanto para prendas de cuero convencionales.
La llama es un animal de alimentación ecológica y orgánica en nuestro medio, tiene una alta conversión alimenticia y es animal extraordinario por no ser exigente en la alimentación y requiere menor mano de obra en el proceso de la producción.
Hoy la actividad ganadera ofrece muchas alternativas económicas, considerando que la carne del camélido por su bajo nivel de colesterol es apetecido en Europa y Estados Unidos así como su fibra y cuero son requeridos por la industria.
En el territorio boliviano este animal habita en los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y parte de Cochabamba; aunque su crianza últimamente se está extendiendo a Tarija y Chuquisaca.
De acuerdo al Censo de 1997 realizado por la Unidad Nacional Ejecutora de Camélidos (UNEPCA) existen 2,8 millones de camélidos de los cuales 1.500 son llamas.
Una llama puede costar entre 50 a 100 dólares, sin embargo, los criadores de llama venden sus piezas a 11 bolivianos el kilo de carne (menos de dos dólares) y la pieza de cuero entre 10 y 12 bolivianos, dependiendo si tiene lana.Una de las virtudes del cuero de llama es su alta resistencia; comparado con otros cueros como la oveja o la vaca; aspecto que puede ser bien utilizado en ropas de protección, no tanto para prendas de cuero convencionales.
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