Actualmente el consumo urbano supera el 70% del
consumo de energía mundial, con procedencia externa a la ciudad, lo que supone
no solo la necesidad de disponer de infraestructuras de abastecimiento que
permitan transportar la energía necesaria sino también la visión de tener
referencia real de las consecuencias en origen de la extracción, transformación
y distribución de la energía consumida.
Desde una perspectiva de escasez de recursos y de
un crecimiento continuo del tamaño, la ciudad por crecimiento demográfico, como
ecosistema complejo, se enfrenta a la necesidad de adaptación a la realidad
actual y futura de la energía, con la necesidad imperiosa, además, de recuperar
su funcionalidad para cubrir las mínimas necesidades vitales.
En materia energética es necesario rediseñar el
modelo energético actual definido en base de una supuesta disponibilidad
ilimitada de fuentes de energía como a una capacidad de absorción infinita de
las consecuencias medioambientales que su uso indiscriminado genera.
El desarrollo de un modelo más sostenible sobre la cobertura de las necesidades energéticas debe formar parte de una concepción de las ciudades más centradas en recuperar por parte de las personas que viven en el medio urbano el papel de ciudadano frente al de consumidor, dándoles capacidad de actuación y decisión, en un entorno abierto y con reglas de juego transparentes, para que puedan gestionar sus necesidades energéticas y como las quieren cubrir.
Es importante destacar de
nuevo la necesidad de cambiar de un modelo energético como el actual en el que
la disponibilidad de oferta de energía es inagotable y capaz de cubrir
cualquier necesidad energética por irracional que sea frente a un modelo que
debe estar enfocado desde el punto de vista de la capacidad de gestión de la demanda.
El modelo debería estar basado en 6 ejes de
desarrollo, que deben configurar la base de un nuevo comportamiento tanto de
los ciudadanos como de las instituciones para conseguir una ciudad con una
gestión energética sostenible y responsable con el entorno no urbano:
- Demanda
de energía basada fundamentalmente en la electricidad.
- Origen
de la energía basada en fuentes de energía renovable
- Uso
racional de la energía: eficiencia y ahorro energético.
- Desarrollo
urbanístico y movilidad.
- Incorporación
de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)
- Incorporación
de políticas de apoyo e instrumentos
Se
quiere alcanzar ciudades más sostenibles energéticamente, con mayor calidad de
vida y para una creciente población urbana y con un menor uso de recursos.
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