Los gigantes
de la industria multinacional de los alimentos y las bebidas están drenando
rápidamente las reservas públicas de agua potable para convertirlas en líquido
embotellado, un negocio que actualmente supera en precios al petróleo en una
relación de tres a uno.
Compañías transnacionales como Perrier/Nestlé
(con 30% del mercado), Danone (15%), Pepsi y Coca Cola han creado una industria
global de 35 mil millones de dólares, que se prevé crecerá un 30% por año en un
futuro inmediato.
Sin embargo y a pesar de su alto precio y a
su reputación de pureza, el agua embotellada no se ajusta generalmente a las
rigurosas exigencias de las normas municipales. En un estudio para el que se
tomaron miles de muestras de agua embotellada estadounidense, el Natural
Resources Defense Council (organización de defensa de los recursos naturales),
halló que "un cuarto de las aguas embotelladas es simplemente agua
corriente embotellada, algunas de ellas filtradas y otras no".
Por ahora las compañías necesitan comprar o
alquilar la tierra en la cual está situada la fuente y pagar un derecho nominal
para obtener un acceso ilimitado a las existencias públicas subterráneas de
agua dulce.
El agua fresca pura se está volviendo cada
vez más escasa a medida que la población y la contaminación aumentan. Pero la
respuesta más eficaz es modernizar los sistemas públicos en todo el mundo para
producir agua de tal nivel de pureza que haga que nadie necesite recurrir a
agua "privada". Entonces, la única botella que usted siempre
necesitará es aquella que pueda llenar en los manantiales de su comunidad.
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