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lunes, 9 de mayo de 2011

ARQUITECTURA VERDE, UNA TENDENCIA QUE CRECE EN LA REGIÓN




(Fabián Garreta)
Desde hace varios años escuchamos hablar sobre la arquitectura sustentable y las propuestas de construcción amigable con el medioambiente que surgen alrededor del globo. Edificios públicos o privados, torres, casas y hoteles se están sumando a la onda verde con el objetivo de minimizar el impacto y lograr mayor armonía con el entorno.
A causa del marketing ecológico existen empresas que denominan a sus edificios como sustentables cuando en realidad sólo presentan algunos componentes amigables con el ambiente (como energía alternativa, dispositivos para el uso eficiente del agua, jardines en las terrazas u optimización del clima interior, entre otros). Pero para que una construcción sea efectivamente verde debe reunir todos estos requisitos y no incorporarlos de manera aislada. Sólo así podrá reducir de manera significativa o, en el mejor de los casos, eliminar el impacto negativo sobre el medioambiente y sus habitantes.
Un edificio suma sustentabilidad cuando se adapta al clima y tiene resoluciones ambientales de diseño como iluminación natural, acondicionamiento pasivo y materiales no tóxicos. A esto debe sumarse que las instalaciones sean eficientes y contengan energías renovables.
Más allá de que en un principio desarrollar este tipo de prácticas puede parecer más costoso que cumplir con las formas tradicionales, a lo largo de los años la optimización del lugar permite ahorrar en energía y agua, dándole más valor a la vivienda. Además, los beneficios incluyen mejor calidad de edificio, más confort, más ahorro energético y económico, menos huella de carbono y mejor calidad de vida para todos sus habitantes.
A estas ventajas se suma la creciente difusión sobre el cambio climático y la necesidad de desarrollar prácticas más amigables con el planeta. Es por este motivo que la construcción verde es una tendencia en aumento: hay más demanda de este tipo de arquitectura y los que más se involucran son los estratos medios y altos de la sociedad, quienes han podido constatar que esto es una fuerte tendencia en el mundo desde hace ya un par de décadas.
El motivo es cultural, impulsado por la conciencia ambiental y el ahorro económico.
Esta tendencia se va a ir siendo cada vez más firme
A pesar de que se registra un importante crecimiento de las construcciones verdes, todavía falta mucho para que se trate de una producción a gran escala, capaz de reemplazar a la arquitectura tradicional.
Uno de los principales problemas en la región es que todavía estamos cometiendo el error de no comprender la esencia del tema. Pensamos que la sustentabilidad es sólo la imagen de un techo verde y un panel solar pero sin contenido. En realidad la sustentabilidad tiene fundamentos científicos que justifican o no cada decisión de diseño.
A la arquitectura local le cuesta encarar un cambio real, donde se ponga en crisis las viejas fórmulas que generaron edificios ineficientes, donde el confort depende de los equipos termomecánicos. Sudamérica está comenzando a dar los primeros pasos en este campo, pero con andador. Europa, EEUU, Japón, Australia ya están muy lejos.
No obstante estas dificultades, se cree que la tendencia se va a ir haciendo cada vez más firme, ya que esto va en paralelo con la crisis energética mundial y la contaminación del planeta. Lo que faltaría es más capacitación y rigor técnico en el proyecto.
Hoy en día el sector de la construcción es uno de los más contaminantes, generando entre el 30 y el 40 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Es en este sentido que resulta fundamental un cambio hacia formas más responsables, entendiendo que el desempeño ambiental debe considerarse en cada etapa del proceso para generar así no sólo una mayor armonía con el entorno sino que además una mejor calidad de vida para todos los habitantes.

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