Para 2050, la humanidad podría devorar alrededor de 140 millones de toneladas de minerales, combustibles fósiles y de biomasa al año – tres veces su apetito actual – a menos que la tasa de crecimiento económico sea "desacoplada" de la tasa de consumo de recursos naturales.
Los ciudadanos de los países desarrollados consumen en promedio 16 toneladas per cápita de estos cuatro recursos claves (en un rango que alcanza hasta 40 o más toneladas por persona en algunos países desarrollados). En comparación, en la actualidad la persona promedio en India consume cuatro toneladas por año.
Con el crecimiento de la población y la prosperidad, especialmente en países en desarrollo, la expectativa de niveles mucho más altos de consumo de recursos va "mucho más allá de lo sostenible" si se tiene en cuenta que todos los recursos del mundo son finitos.
De hecho, el mundo se está quedando sin fuentes baratas y de alta calidad de algunos materiales esenciales como el petróleo, el cobre y el oro, cuyos suministros requieren, a su vez, volúmenes, cada vez más altos, de combustibles fósiles y de agua dulce para su producción.
Mejorar la tasa de productividad de los recursos ("hacer más con menos") de manera más rápida que la tasa de crecimiento económico es la idea atrás del concepto de "desacoplamiento". Ese objetivo, sin embargo, exige un replanteamiento urgente de los vínculos entre el uso de los recursos y la prosperidad económica, respaldada por una inversión masiva en innovación tecnológica, financiera y social, hasta al menos congelar el nivel de consumo per cápita en los países ricos y ayudar a las naciones en desarrollo a seguir una ruta más sostenible.
Los expertos señalan que la tendencia hacia la urbanización podría ayudar, debido a que las ciudades permitirán economías de escala y una prestación de servicios más eficiente. Lugares densamente poblados consumen menos recursos per cápita que aquellos con densidades poblaciones muy bajas, gracias a las economías en áreas tales como el suministro de agua, vivienda, gestión de residuos y reciclaje, uso de energía y transporte, dicen los expertos.
"La gente cree que los “males” ambientales son el precio que debemos pagar para contar con “bienes” económicos. Sin embargo, no podemos, ni necesitamos, seguir actuando como si esta disyuntiva fuera inevitable". "El desacoplamiento es parte de una transición hacia una Economía verde, baja en carbono, eficiente en el uso de recursos, la cual es necesaria para estimular el crecimiento, generar empleos decentes y erradicar la pobreza de una manera que la huella de la humanidad se mantenga dentro de los límites del planeta."
El promedio global anual de consumo per cápita de recursos fue de 8 a 10 toneladas en 2000, casi el doble de la tasa registrada en 1900. En 2000, la tasa promedio en los países industrializados (hogar de una quinta parte de la población mundial) fue aproximadamente el doble del promedio mundial y cuatro o cinco veces superior al de los países en desarrollo más pobres.
La tasa de consumo per cápita global (y nacional) se calcula dividiendo la extracción total mundial (y nacional) de minerales, combustibles fósiles y biomasa entre el total de población mundial (y nacional).
Sin embargo, la rápida expansión del comercio internacional oculta la responsabilidad por el consumo de recursos y su impacto ambiental.
Durante el siglo pasado, los controles de la contaminación y otras medidas han reducido los impactos ambientales del crecimiento económico. Gracias a las innovaciones en la fabricación, diseño de productos y uso de la energía - apoyado por el creciente número de personas que viven estilos de vida más eficiente en las ciudades - la economía mundial ha crecido más rápido que el crecimiento del consumo de recursos.
Sin embargo, esas mejoras han sido sólo relativas. En términos absolutos - con el crecimiento de la población, los altos niveles de consumo en los países industrializados, y el aumento de la demanda de bienes materiales, especialmente en China, India, Brasil y otras economías rápidamente emergentes – el uso total de recursos creció ocho veces, de 6 mil millones toneladas en 1900 hasta 49 mil millones de toneladas en 2000. Se estima que actualmente alcanza 59 millones de toneladas.
El desacoplamiento "requerirá de cambios significativos en las políticas gubernamentales, el comportamiento empresarial, y los patrones de consumo del público. ... La innovación, incluso la innovación radical, será requerida”.