Harían falta tres planetas como la Tierra para satisfacer la sed consumista si modelo occidental se asumiera en todo el planeta.
Según el "Informe sobre el estado del mundo en 2004", publicado por el prestigioso Instituto Worldwatch, harían falta tres planetas como la Tierra para satisfacer la sed consumista si el modelo occidental fuera asumido por todos los habitantes del planeta. "El mundo consume productos y servicios a un ritmo insostenible, con resultados graves para el bienestar de los pueblos y el planeta", dice el Instituto Worldwatch (WI).
Imitando a los habitantes de Europa, América del Norte y Japón, en el siglo pasado ingresaron 1.700 millones de personas a la "clase consumista". Según el informe, el gasto para la adquisición de bienes y servicios se cuadruplicó desde 1960 y en el año 2000 fue de más de 20 billones de dólares. "El apetito consumidor sin precedentes destruye los sistemas naturales de los que todos dependemos y hace aún más difícil que los pobres satisfagan sus necesidades básicas", afirmó el presidente del WI, Christopher Flavin.
Sólo un 12% de la gente que vive en Norteamérica y Europa occidental es responsable del 60% de ese consumo, mientras que los que viven en el sudeste asiático o en Africa al sur del Sahara representan sólo un 3,2%. En Estados Unidos, por ejemplo, hay más automóviles que personas autorizadas para conducirlos.
El creciente consumo en el mundo industrializado y en los países en desarrollo es más de lo que nuestro planeta puede soportar, señala el Worldwatch Institute. Esto produce que los bosques, las tierras agrícolas, las selvas y los territorios vírgenes disminuyan para dar espacio a la gente, las casas, los centros comerciales y las fábricas.
Según el "Informe sobre el estado del mundo en 2004", publicado por el prestigioso Instituto Worldwatch, harían falta tres planetas como la Tierra para satisfacer la sed consumista si el modelo occidental fuera asumido por todos los habitantes del planeta. "El mundo consume productos y servicios a un ritmo insostenible, con resultados graves para el bienestar de los pueblos y el planeta", dice el Instituto Worldwatch (WI).
Imitando a los habitantes de Europa, América del Norte y Japón, en el siglo pasado ingresaron 1.700 millones de personas a la "clase consumista". Según el informe, el gasto para la adquisición de bienes y servicios se cuadruplicó desde 1960 y en el año 2000 fue de más de 20 billones de dólares. "El apetito consumidor sin precedentes destruye los sistemas naturales de los que todos dependemos y hace aún más difícil que los pobres satisfagan sus necesidades básicas", afirmó el presidente del WI, Christopher Flavin.
Sólo un 12% de la gente que vive en Norteamérica y Europa occidental es responsable del 60% de ese consumo, mientras que los que viven en el sudeste asiático o en Africa al sur del Sahara representan sólo un 3,2%. En Estados Unidos, por ejemplo, hay más automóviles que personas autorizadas para conducirlos.
El creciente consumo en el mundo industrializado y en los países en desarrollo es más de lo que nuestro planeta puede soportar, señala el Worldwatch Institute. Esto produce que los bosques, las tierras agrícolas, las selvas y los territorios vírgenes disminuyan para dar espacio a la gente, las casas, los centros comerciales y las fábricas.
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