El
reciclaje es uno de los valores más importantes que podemos enseñar a nuestros
niños. Cuidar el planeta es una responsabilidad de todos, pero sobre todo para
que ellos, en el futuro, puedan seguir contribuyendo a esta labor.
Por eso
debemos educarles desde pequeños, ya sea en casa o en el colegio, y una de las
formas más sencillas y entretenidas de hacerlo es con manualidades hechas con
material reciclado, y que mejor época que las vacaciones escolares.
Las
manualidades con materiales reciclados ofrecen muchas ventajas para los niños,
no sólo en el ámbito de la educación. Los juguetes ecológicos son una opción
muy interesante para enseñar el reciclaje a los niños.
Aunque la
protección del medio ambiente es muy compleja, cada uno de nosotros, desde
nuestro hogar, podemos hacer mucho por la protección y recuperación de nuestro
planeta. Educar a los más pequeños de la casa como ciudadanos responsables y
cuidadosos con el entorno que les rodea es más fácil si se explica todo con
conceptos sencillos y se predica con el ejemplo.
Debemos
enseñarles la regla de las 3 R, se basa en los 3 conceptos: reducir, reciclar y
reutilizar. Reducir la cantidad de basura generada, de papel empleado, de agua
consumida. Reciclar todos los materiales que sea posible, desde el papel a las
basuras pasando por juguetes. Reutilizar todos los objetos de la casa dándoles
un nuevo uso, la caja del televisor puede ser un perfecto baúl para guardar juguetes,
con una camiseta vieja hacer una marioneta o una lata de refresco con la tapa
debidamente lijada será un original portalápices.
En estas
vacaciones, que los niños jueguen a observar la naturaleza, la contaminación, a
cuidar los recursos naturales. Día a día deben: Elegir con cuidado los
productos que se compra, considerando la reutilización de los envases; evitar
comprar los productos con demasiado envoltorio; reciclar las bolsas del mercado
para envolver la basura o para llevarlas cuando se sale de compras; reciclar
los papeles que se utiliza encasa, usando ambas caras; sacar fotocopias de
doble cara; usar más la pizarra que los papeles; acudir a talleres de reciclado
de papel; comprar bebidas en botellas retornables; usar lámparas de bajo consumo;
y difundir las experiencias de reciclaje con los amigos o familiares.