Muchas
personas ven su ropa como funcional, a la moda, o las dos, pero no prestan
atención a los medios y materiales empleados para producir sus ropas. Al
comprar ropa y zapatos hechos a partir de materiales naturales como algodón,
lino, y cáñamo, una persona puede crear un impacto menor en el medio ambiente.
El
concepto de ropa amigable con la tierra ha existido por décadas, pero muchos de
quienes las usan no saben cómo tener cuidado al elegir su ropa. El Sector
textil es uno de los que más explota los recursos naturales, especialmente a
raíz del abuso en compras de ropa y complementos que se da actualmente.
Generalmente compramos más de lo que tenemos y solemos hacerlo en firmas, que
usan métodos de confección muy agresivos para el planeta, tanto en la
fabricación, como en la obtención de materias primas y durante los procesos de
tintado. Si le gusta la moda e ir bien vestido, pero no quiere contribuir con
esta explotación, es un buen momento ahora para empezar a vestirse de forma
ecológica.
La moda
no está reñida con la responsabilidad ambiental, sólo hay que saber elegir qué
se compra y dónde. Se trata de discernir qué necesitamos realmente y comprobar
si las prendas que ya tenemos, puedan ser reconvertidas o reparadas, en lugar
de adquirir más por el placer de “estrenar”.
Si va a
adquirir prendas nuevas, puede empezar a fijarse en algo más que en el precio,
talla, color y forma. Tiene que saber, además, de que material está hecho. No
es lo mismo comprar una ropa confeccionada con materias primas orgánicas
renovables que una que obtiene sus materias primas mediante procesos químicos
que han comprendido un daño para el medio ambiente.
Elija
prendas hechas de cáñamo, algodón y lino, materiales de origen vegetal,
intentando que no tengan ninguna otra fibra sintética y que sean materiales
orgánicos como la seda. Rechaza la ropa de poliéster, nylon, lycra, poliamida y
similares, pues son fibras sintéticas obtenidas mediante procesos químicos y,
sobre todo, evita comprar vestidos confeccionados con fibras derivadas del
petróleo, como el acetato o el rayón.
Las
pieles de animales, por ejemplo, son de las peores prendas que podemos comprar.
Lo ideal es asegurarse que aquello que compramos no ha supuesto sufrimiento
para ningún animal.
Vestir
con conciencia verde, además de tener un traje bonito, duradero y exclusivo,
podrá in por la calle feliz consigo mismo sabiendo que su ropa no está dañando
tanto al medio ambiente.