Se
denomina energía alternativa, o más propiamente fuentes de energía alternativa,
a aquellas fuentes de energía planteadas como alternativa a las tradicionales o
clásicas.
Cuando
hablamos de energías alternativas nos referimos a aquellas que a diferencia de
las energías convencionales usan como fuente de generación recursos renovables
y poseen una fuente prácticamente inagotable en relación al tiempo de vida del
hombre en el planeta.
Se producen de manera continua, no se agotan, y tienen su
origen en los procesos ambientales y atmosféricos naturales: el viento, el sol,
los cursos de agua, la descomposición de la materia orgánica, el movimiento de
las olas en la superficie del mar y océanos, y el calor interior de la tierra
son fuentes de energías alternativas.
La
energía alternativa sería equivalente al concepto de energía renovable o
energía verde, mientras que las definiciones más amplias consideran energías
alternativas a todas las fuentes de energía que no implican la quema de
combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo). En éstas, además están incluidas
la energía nuclear o incluso la hidroeléctrica.
Las
energías alternativas se dividen en dos grandes grupos: fuentes de energía
renovable (eólica, solar, biomasa, biocombustibles, hidroeléctrica, mareas y
olas) y energía nuclear.
La crisis
energética contribuye a la difusión de las energías alternativas. Las ventajas
en el uso de este tipo de recursos son significativas:
·
Mínimo impacto sobre el medio ambiente.
·
No generan residuos difíciles de tratar, ni gases contaminantes.
·
Utilizan recursos que no se agotan y tecnologías limpias en su
producción.
·
Son autóctonas, no hay importación. Hay una disminución de la
dependencia energética.
·
Los impactos que producen son pequeños, de fácil minimización.
·
Generan puestos de trabajo en su construcción, mantenimiento y
explotación.
La limpia
energía verde pulula alrededor de nosotros en el mundo natural, aprovechémosla.
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