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miércoles, 28 de enero de 2015

A PROPÓSITO DE LA TORMENTA DE NIEVE EN NUEVA YORK




Nueva York y la costa noreste de Estados Unidos enfrentan una colosal tormenta de nieve. Las autoridades advierten de que podría ser una de las más fuertes jamás vistas.
Los pronósticos hablan de hasta 90 centímetros de nieve y se espera entre 5 y 7 centímetros de nieve por hora, lo que sería un record para la ciudad, ya que el record histórico es de 68 centímetros de nieve caídos en Central Park en 16 horas entre el 11 y 12 de febrero de 2006.
El tráfico queda interrumpido en la ciudad, también queda suspendido el metro, las clases han sido suspendidas y desde el lunes comenzaron a cancelarse los vuelos de toda la región.
La población se apresura a comprar implementos para la nieve y equipos para romper el hielo, se ven filas en los supermercados para abastecerse con provisiones.
 Por otro lado, Estados Unidos, está dispuesto a mantener en solitario su rechazo al Protocolo de Kyoto contra el calentamiento planetario, protocolo que obliga a los países del Norte industrial a reducir sus emisiones de gases invernadero.
Estados Unidos es el principal emisor del mundo, con 25 por ciento del total de las emisiones. Los gases invernadero son producidos por la quema de combustibles fósiles, como los derivados del petróleo, el gas y el carbón, y por eso su emisión aumenta con la intensificación de la actividad industrial, la producción de energía y el transporte.
Solamente el año pasado, fenómenos como inundaciones hasta tifones has puesto en peligro a millones de personas.
Es tiempo de que el pueblo de Estados Unidos se dé cuenta del daño ambiental que se ocasiona a sí mismo y al resto del mundo, y empiece a cambiar su actual estilo de vida, en los tres puntos principales como la alimentación, el transporte y el consumo.

martes, 13 de enero de 2015

RECOMPENSA JUSTA PARA QUIENES CUIDAN DE NUESTRO PLANETA




Los ecologistas han llegado a reconocer que para lograr que la gente rural maneje bien los recursos naturales a menudo hay que recompensarles. Por esto, han creado esquemas para recompensar a quienes al manejar los recursos conservan la biodiversidad, proporcionan sumideros de carbono, protegen las cuencas, y mantienen la belleza escénica.

El gobierno estatal de Acre en Brasil subvenciona el precio del caucho para animar a los pequeños productores que lo cosechan de bosques naturales a seguir conservando esos bosques. Eso cuesta poco por hectárea y beneficia a más de 6.000 familias. En contraste, entre 1997 y 2002 Costa Rica pagó a los terratenientes más de $80 millones de dólares por conservar, manejar, y plantar bosques. Sin embargo, solamente una pequeña porción de ese dinero fue para los pequeños productores y la población indígena. Acre diseñó su esquema con la gente de bajos ingresos en mente pero Costa Rica no.

La ciudad de Nueva York obtiene el 90% del suministro de agua de las cuencas de los ríos Delaware y Catskill. En vez de gastar mil millones de dólares para construir un nuevo sistema de filtración, financian un programa para ayudar a los agricultores a proteger las cuencas. El programa inicial cubrió solo los agricultores de perfil más comercial, pero un nuevo programa se centra específicamente en los pequeños agricultores.

Es más probable que las comunidades se beneficien de dichos esquemas si tienen aseguradas la tenencia de la tierra y los bosques. Sin embargo, la tenencia de la tierra por sí sola no es suficiente. Las comunidades de México poseen la mayoría de los bosques del país, sin embargo, sólo las comunidades mejor organizadas y con gran ayuda técnica han conseguido involucrarse con éxito en la venta de carbono y recursos genéticos, o el ecoturismo.

Para asegurar que las familias de bajos recursos se beneficien de los esquemas ambientales de compensación, es importante que las reglas de funcionamiento de los esquemas y la selección de los candidatos tomen en cuenta las características y necesidades específicas de dichas familias. Las familias pobres probablemente se pueden beneficiar más si los esquemas apoyan actividades agrícolas, forestales o de turismo ecológicamente racionales, y no solo la conservación pura.

Los pagos directos no son siempre la mejor forma de compensación. El nivel y tipo de compensación deben ser negociados con la gente local, y adaptarse a sus necesidades específicas. La compensación también debe ser diseñada para fortalecer la capacidad organizativa, de manera que los esquemas se puedan mantener y mejorar con el tiempo.

jueves, 8 de enero de 2015

ARBOLES DOMESTICADOS




Investigadores de la Universidad de Purdue concretaron un método que permite identificar rápidamente los genes del álamo y sus funciones. Este sería el primer paso de una meta mayor: crear plantaciones forestales para propósitos específicos, como fabricar madera, papel o leña. Richard Meilan, investigador en jefe del proyecto, explicó los alcances de la silvicultura del siglo XXI.

“En mi opinión, éste es el futuro de la silvicultura”,  y que demostró recientemente, en álamos, que existe una manera rápida de identificar los genes de los árboles y determinar su función. “Nuestra meta en descubrimientos genéticos es domesticar árboles, igual como pudimos domesticar el maíz hace 5 mil años”.

Ello significa producir árboles para propósitos específicos, como la fabricación de muebles o de madera chapeada, y a la vez intensificar el manejo de esos árboles como cosechas agrícolas, lo que permitiría hacer un uso más eficiente de nuestros limitados recursos de tierra fértil.

Lo conseguido es precisamente el primer paso para el eventual desarrollo de árboles con muchas características ideales, tales como resistencia a los insectos y con calidad de las maderas mejoradas. La idea es producir múltiples árboles con esos rasgos.

El objetivo es la construcción genética de árboles para propósitos específicos. Por ejemplo, si un cultivador desea que un árbol sea utilizado para producir fibra (para el papel), entonces no es necesario que éste sea tan alto y, por tanto, difícil de cosechar.

También sería deseable que ese árbol tenga un contenido más bajo de lignina, de modo que la fibra sea más fácil de extraer. Algo similar pasa si necesitas un árbol para la fabricación de madera para chapeado. Uno desearía un árbol que tenga un diámetro más grande y que tenga pocas ramas, ya que éstas dan lugar a los nudos o imperfecciones en el chapeado.

La domesticación de árboles” tiene un tremendo potencial, en la medida que ayudará a resolver la creciente necesidad de recursos renovables que tiene la sociedad. “La idea no es plantar árboles domesticados en sitios de árboles salvajes, es decir, en terrenos vírgenes. La idea es hacerlo en sitios previamente utilizados y maltratados, parecido a lo que se hace ahora con las cosechas agrícolas, donde hay un intensivo manejo de las plantaciones. La esperanza es evitar cosechar los bosques nativos”.