La
luz que proyecta la Tierra sobre el lado oscuro de la Luna se está apagando, lo
que pudiera ser una señal de cambios climáticos o de que empeoró la
contaminación.
Los expertos hallaron que el planeta se ha estado oscureciendo en forma gradual en las últimas dos décadas, a un mayor ritmo en la última parte de la década de los ´90. En los últimos años, y en forma inesperada, se ha iluminado ligeramente.
Para su estudio, Enric Pallei y sus colegas del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey y del Instituto de Tecnología de California, ambos situados en California, utilizaron mediciones satelitales y grabaciones de la luz solar que llegaron de la Tierra al lado oscuro de la Luna.
Las imágenes satelitales de la cubierta de nubes de la Tierra sugieren una constante reducción del reflejo terrestre, llamado "albedo" ("blancura," en latín), entre 1984 y el 2000, dijo el equipo de Pallei en el número de la revista Science.
El investigador Philip Goode dijo en un comunicado: "Utilizando un fenómeno que Leonardo da Vinci explicó por primera vez, podemos medir precisamente el cambio climático y hallar una historia sorprendente de las nubes".
"Nuestro método tiene la ventaja de ser preciso porque el brillante creciente lunar sirve como un estándar contra el cuál se puede monitorear el brillo de la Tierra, y la luz reflejada por grandes porciones de la Tierra puede observarse simultáneamente".
El albedo promedio anual se redujo muy gradualmente desde 1985 a 1995, luego cayó fuertemente en 1995 y 1996. Esto concuerda con datos satelitales de la cubierta de nubes, que puede verse afectada por fenómenos naturales como las erupciones volcánicas.
Esto podría afectar la temperatura de la superficie de la Tierra debido a que las nubes retienen el calor en la atmósfera terrestre.
"Nuestros resultados son sólo parte de la historia, debido a que la temperatura de la superficie de la Tierra se determina por el balance entre la luz del Sol que calienta el planeta y el calor irradiado al espacio, que permite enfriar la corteza terrestre".
"Esto depende de muchos factores —además del albedo, que es la razón entre la energía luminosa que difunde por reflexión una superficie y la energía que incide sobre ésta—, así como la cantidad de los gases que causan el efecto invernadero, entre ellos vapor de agua, dióxido de carbono y metano, presentes todos presentes en la atmósfera.
No obstante, los nuevos datos enfatizan que las nubes que cubren la superficie de la Tierra deben ser tenidas en cuenta propiamente e ilustra que aún no tenemos el conocimiento suficiente de nuestro sistema climático como para poder elaborar modelos que permitan predecir con precisión los cambios futuros.
El equipo de científicos tiene previsto continuar observando el brillo terrestre en la superficie lunar para tratar de determinar si puede ayudar a predecir los futuros cambios climáticos.
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