(FAO, 2013)
Los bosques contribuyen al sustento de más de mil millones de personas,
incluyendo muchas de las más necesitadas del mundo. Los bosques proporcionan
alimentos, combustible para cocinar, forraje para los animales e ingresos para
comprar comida.
Los animales silvestres y los insectos, son a menudo la principal fuente de proteínas para la población en las zonas forestales, mientras que hojas, semillas, hongos, miel y frutas proporcionan minerales y vitaminas, garantizando una dieta nutritiva.
Los insectos son una fuente importante y fácilmente accesible de alimentos nutritivos y ricos en proteínas que se encuentra en los bosques, según afirma un nuevo estudio presentado por la FAO, realizada en colaboración con la Universidad de Wageningen (Países Bajos).
Los animales silvestres y los insectos, son a menudo la principal fuente de proteínas para la población en las zonas forestales, mientras que hojas, semillas, hongos, miel y frutas proporcionan minerales y vitaminas, garantizando una dieta nutritiva.
Los insectos son una fuente importante y fácilmente accesible de alimentos nutritivos y ricos en proteínas que se encuentra en los bosques, según afirma un nuevo estudio presentado por la FAO, realizada en colaboración con la Universidad de Wageningen (Países Bajos).
Con cerca de un millón de especies conocidas, los insectos representan más de la mitad de todos los organismos vivos clasificados hasta ahora en el planeta.
Los seres humanos consumen en el mundo más de 1 900 especies de insectos. A nivel mundial, los más consumidos son: escarabajos (31 por ciento), orugas (18 por ciento), abejas, avispas y hormigas (14 por ciento), y saltamontes, langostas y grillos (13 por ciento). Muchos insectos son ricos en proteínas y grasas buenas y tienen un elevado contenido en calcio, hierro y zinc. La carne de vacuno tiene un contenido de hierro de 6 mg por 100 g de peso en seco, mientras que el contenido en hierro de las langostas varía entre 8 y 20 mg por 100 g de peso en seco, dependiendo de la especie y el tipo de alimentos que los propios insectos consumen.
Debido a que son de sangre fría, los insectos no utilizan energía alimentaria para mantener la temperatura corporal. En promedio, los insectos utilizan sólo 2 kg de pienso para producir 1 kilo de carne de insectos. En el otro extremo del espectro, una vaca requiere 8 kg de pienso para producir 1 kg de carne de vacuno.
Además, los insectos producen una reducida cantidad de emisiones como metano, amoníaco, gases de efecto invernadero –que originan el calentamiento climático- y de estiércol, todo lo cual contamina el medio ambiente. De hecho, los insectos pueden ser utilizados para descomponer los desechos, ayudando en los procesos de compostaje que devuelven los nutrientes a la tierra a la vez que reducen los malos olores.
Existen regulaciones que a menudo prohíben utilizar insectos en los alimentos para el consumo humano, aunque con un número creciente de tiendas de alimentos y restaurantes novedosos que surgen en los países desarrollados, parece haber una gran tolerancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario