(FAO, 2013)
El modelo de agricultura respetuosa con el medio ambiente denominado “Ahorrar para crecer” que promueve la FAO, puede incrementar de manera
sostenible los rendimientos de la yuca en un 400 por ciento y lograr que pase
de ser alimento para pobres al cultivo del siglo XXI.
En una guía de campo que acaba de
ser publicada y que describe cómo aplicar este modelo a la producción de yuca
(mandioca) en pequeña escala, la FAO explica que la producción mundial del
tubérculo se ha incrementado en un 60 por ciento desde 2000 y se acelerará aún
más en la década actual, al reconocer las autoridades su enorme potencial.
Sin embargo, el uso intensivo de insumos defendido en la Revolución Verde de siglo pasado, amenaza con producir
aún más daño a los recursos naturales e incrementar las emisiones de gases de
efecto invernadero responsables del cambio climático.
La solución, según la FAO, se encuentra en el enfoque de ahorrar para crecer, que logra un mayor rendimiento
mejorando la salud de la tierra, más que con el uso intensivo de insumos
químicos. Además minimiza la
perturbación del suelo causada por la labranza convencional -como el arado-, y
recomienda el mantenimiento de una cubierta protectora de vegetación sobre el
suelo.
En lugar de los monocultivos asociados normalmente a los sistemas agrícolas
intensivos, ahorrar para crecer alienta
cultivo mixto y la rotación de cultivos, y defiende el manejo integrado de
plagas, que usa material de siembra libre de enfermedades y a los enemigos
naturales de las plagas para acabar con los insectos dañinos, en lugar de
pesticidas químicos.
La rotación del cultivo de yuca con frijol y sorgo impulsa los
rendimientos, lo que no se consigue solamente con el uso de fertilizantes
minerales.
La yuca es un cultivo muy versátil utilizado por pequeños campesinos en más
de 100 países. Sus raíces son ricas en hidratos de carbono, mientras que su hojas tiernas
contienen hasta un 25 por ciento de proteínas, además de hierro, calcio y
vitaminas A y C. Otras partes de la planta pueden utilizarse como alimento para
animales, y el ganado criado con yuca tiene una buena resistencia a las
enfermedades y bajas tasas de mortalidad.
Una de las razones que impulsan la demanda de yuca es el elevado nivel
actual de los precios de los cereales. Esto la convierte en una alternativa atractiva para el
trigo y el maíz, en especial porque de la yuca se obtiene una harina de alta
calidad que puede usarse como substituto de la harina de trigo.
Además de su importancia como fuente de alimentos y de seguridad
alimentaria, la yuca también tiene una serie de usos industriales que le dan un
gran potencial para estimular el desarrollo industrial rural y aumentar los
ingresos rurales.
La yuca sólo es superada por el maíz como fuente de almidón, y algunas
variedades recién desarrolladas contienen en sus raíces un almidón muy
solicitado por la industria.
La demanda de yuca como materia prima para la fabricación de bioetanol
también está creciendo rápidamente.
Con ahorrar para crecer los países en
desarrollo pueden evitar los riesgos de la intensificación no sostenible de la
agricultura, a la vez que aprovechan el potencial de la yuca para la obtener
mayores rendimientos, mitigar el hambre y la pobreza rural y contribuir al
desarrollo económico nacional.
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