De acuerdo a datos proporcionados
por la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y el Ministerio de Desarrollo
Rural y Tierras (MDRyT), la evolución agrícola en el departamento de Santa Cruz
tuvo un crecimiento promedio anual en superficie de 5,64%, en producción de
5,33% y en rendimiento de 0,95%, en el período 2004 – 2013.
Las técnicas de producción
inadecuadas, el mal manejo del suelo y tecnología inapropiada son las causas
principales para este rendimiento.
El Gobierno Boliviano ha pedido
ampliar la frontera agrícola de 3 millones a 13 millones de hectáreas en los
próximos 10 años. Sin embargo no se ha tomado en cuenta que las nuevas áreas a
ser ampliadas, desplazarán la actividad ganadera y ésta ejercerá presión sobre
los bosques nativos y probablemente afectará territorios indígenas y comunidades
campesinas.
La desaparición de la cobertura
arbórea, para habilitar la frontera agrícola, provoca erosión eólica e hídrica,
que causa pérdida de la fertilidad de los suelos, sobre todo los frágiles, y se
tiene por consecuencia una disminución peligrosa de la capa arable.
Los sectores agrícolas, grandes,
medianos y pequeños, antes de ampliar la frontera agrícola, deberán realizar un
adecuado manejo de suelos, buenas prácticas de manejo agrícola, respetar las
servidumbres ecológicas y optimizar la superficie de su predio para poder
incrementar el rendimiento de sus
cultivos, sin forzar sus tierras a producir más, ya que lograrían esquilmar sus
terrenos.
Se debe establecer que la
producción agrícola en las nuevas zonas no esté destinada al monocultivo y a la
exportación, ya que es una pieza clave para la relación de la frontera agrícola
con la seguridad alimentaria.
Hace falta mayor reflexión y
debate para planear formas más razonables y estratégicas de ampliación de
tierras de cultivo, que sean social y ambientalmente sostenibles.