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martes, 29 de abril de 2014

EL BOOM DE LA SOYA




Para 2020, la expansión del cultivo de la soya amenaza con destruir cerca de 22 millones de hectáreas de bosques y sabanas de América del Sur. Sin embargo, el estudio encargado por WWF, la organización conservacionista global, muestra que gran parte de dicha destrucción podría evitarse si el cultivo de la soya se hiciera en los pastizales existentes y se alternara con la crianza de ganado, en vez de realizarse a expensas de valiosos hábitat naturales.

Según el estudio titulado: Manejo del boom de la soya: Dos escenarios sobre la expansión de la producción de la soya en América del Sur (disponible solamente en inglés), en la última década, el área de cultivo de la soya se ha visto más que duplicada en los principales países productores tales como Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Las exportaciones de soya de estos países han sido estimuladas por la demanda de la Unión Europea y China, en donde dicho grano se usa para alimentar a cerdos, gallinas y ganado. El informe señala que durante los años 70 y los 80, las plantaciones de soya contribuyeron a que el bosque Atlántico en el sur de Brasil y en el este de Paraguay, casi desaparezca. En forma similar, millones de hectáreas del Chaco de Argentina y del Cerrado de Brasil –las sabanas de mayor diversidad del mundo y hogar de muchos animales que habitan solamente en América del Sur tales como el oso hormiguero, el jaguar y el lobo de crin o gargantilla– ya han sido convertidas en plantaciones de soya.

El estudio advierte que se espera que en los próximos 20 años la demanda de la soya aumente en un 60 por ciento, lo cual podría propiciar una pérdida de unos 16 millones de hectáreas de las sabanas y 6 millones de hectáreas de los bosques tropicales de la región. Sin embargo, de acuerdo con WWF, la destrucción de habitat naturales podría reducirse considerablemente –a unas 3.7 millones de hectáreas– si los productores de soya alquilaran los pastizales de los ganaderos y promovieran una rotación que combine el cultivo de la soya y la producción ganadera. Los estudios de campo financiados por la organización mundial para la conservación han demostrado que dicha rotación, además de generar un mejoramiento de la tierra, fomenta también rendimientos más elevados y un aumento en la densidad de cabezas de ganado por hectárea, gracias a la mejor utilización de la tierra y del forraje.

El estudio muestra que es posible alcanzar una mayor producción de soya sin destruir la naturaleza. El fomento de un uso de la tierra más intenso y eficiente a lo largo de las carreteras existentes y cerca de los centros poblacionales importantes, reducirá la necesidad de destruir los hábitat vírgenes.

Sin embargo, el estudio también señala que para que dicho escenario pueda darse y pueda llegar a funcionar, los productores de soya, los inversionistas, los compradores y los entes reguladores tendrán que apoyar, adoptar y promover prácticas más sostenibles e incentivar a los gobiernos locales para que hagan cumplir efectivamente las leyes y las regulaciones ambientales y del uso de la tierra. También es necesario que con urgencia se adopten criterios para la compra y suministro de soya sostenible, así como el establecimiento de criterios de producción para los productores a través de un cuerpo específico que integre a todas las partes involucradas. Una primera iniciativa ha surgido recientemente en Suiza, en donde la cadena de supermercados Coop, junto con WWF, está estableciendo los criterios para la producción de la soya sostenible.

martes, 22 de abril de 2014

A PROPÓSITO DEL 22 DE ABRIL




El día de la Tierra es un día celebrado en muchos países el 22 de abril. Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de la superpoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra.

Este año, el Día de la Madre Tierra se centrará en las “Ciudades Verdes”, con el objetivo de movilizar a millones de personas para lograr un medio ambiente saludable y sostenible.

En la actualidad, más de la mitad de la población mundial viven en las ciudades. A medida que la población urbana crece y los efectos del cambio climático empeoran, nuestras ciudades deben evolucionar.

Es hora de que invirtamos en energías renovables y en eficiencia energética, reconstruyamos nuestras ciudades y empecemos a resolver el problema del cambio climático. “Ciudades Verdes” pretende generar un movimiento a nivel mundial durante los próximos dos años para acelerar esta transición.

El 22 de abril de cada año, más de 1000 millones de personas en 190 países participan en el Día de la Tierra. En ciudades tan diferentes y distantes como San Francisco, San Juan, Bruselas, Moscu o Marrakech, los ciudadanos plantan árboles, limpian sus comunidades y contactan con sus representantes políticos en defensa del medio ambiente.

Como en celebraciones anteriores, el tema central del Día de la Madre Tierra de este año está inspirado en los retos medioambientales propios de nuestro tiempo. A medida que la gente migra a las ciudades y los efectos del cambio climático son más patentes, la necesidad de crear comunidades sostenibles es más importante que nunca.

Con inversiones en tecnología sostenible, políticas públicas progresistas y una ciudadanía informada y comprometida, podemos transformar nuestras ciudades y lograr un futuro sostenible. No hay nada más poderoso que la acción conjunta de 1000 millones de personas.