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lunes, 31 de agosto de 2015

INUNDACIONES GRACIAS A LA DEFORESTACION



Ya son varios años consecutivos que las inundaciones azotan las tierras bajas y otras regiones de Bolivia. La frecuencia de estas inundaciones afecta a miles de familias, perjudican la producción agrícola y pecuaria y destrozan caminos.

Los bosques son paraguas y esponjas naturales, por lo tanto más deforestación  significa más inundaciones.

La deforestación sigue creciendo sostenidamente, ya sea para ampliar la frontera agrícola o la frontera ganadera. Además se ha producido un fenómeno de lluvias extremas. La conjunción de estos factores es potencialmente mortal.

La deforestación causa alteraciones al régimen hidrológico, la disminución de la capacidad de retención e infiltración del agua, la modificación de la escorrentía de las aguas superficiales, disminución de los tiempos de concentración y la desestabilización de las napas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones.

La deforestación de los márgenes de grandes ríos, arroyos y quebradas para el monocultivo, hacen que la tierra pierda su capacidad de absorción y el agua escurra, arrastrando sedimentos, directamente a los cursos de agua.

Un estudio realizado por una universidad de Australia y una universidad de Singapur investigó la relación entre la deforestación y la frecuencia y gravedad de inundaciones, se analizaron datos de 56 países tropicales y se concluyó que un incremento de 10% de la deforestación de bosques naturales resulta en un incremento en la frecuencia de inundaciones entre 4 y 28% y en un incremento en la duración de la inundaciones entre 4 y 8%.

Esta relación entre la deforestación y las inundaciones se debe a la función de esponja que ejercen los bosques naturales, en períodos de lluvia los bosques son capaces de almacenar una cantidad notable de agua. De este modo el agua no se va directamente a los ríos, se queda almacenada en los suelos boscosos y es lentamente liberada después. Así el riesgo de inundaciones es mucho menor.

El asentamiento legal o ilegal de comunidades, pueblos y predios genera daños porque se establecen sin considerar la distancia de protección a la orilla de los ríos, llamada servidumbre ecológica y sin respetar el régimen de inundaciones naturales que caracterizan los ríos.

La reforestación, la conservación de bosques naturales, el reasentamiento de comunidades, pueblos y predios, la utilización más eficiente del suelo apto para diversos usos y el cumplimiento de las leyes, principalmente la Ley Forestal, son acciones que permitirán revertir las inundaciones.

jueves, 27 de agosto de 2015

El rol de los bosques en la seguridad alimentaria



A nivel mundial, millones de personas dependen de los bosques para sus medios de subsistencia, ya sea directamente a través del consumo y la venta de alimentos obtenidos en los bosques, o indirectamente a través de empleos e ingresos relacionados con los bosques, los servicios de los ecosistemas forestales y la biodiversidad forestal.
El manejo forestal sostenible, los programas y políticas para fomentar el desarrollo sostenible de este recurso son clave para la seguridad alimentaria. Se debe hacer hincapié en la valoración de los servicios ecosistémicos que generan los bosques y los árboles.

Los alimentos del bosque, tales como hojas, semillas, frutos secos, miel, frutas, hongos, insectos y otros animales del bosque, han sido componentes importantes de la dieta rural durante milenios.

Los recursos genéticos forestales representan sustento para el 80% de la población rural del mundo.

Se debe hacer un gran énfasis en la importancia de los servicios ambientales forestales para el desarrollo de las actividades agrícolas y pecuarias.

El manejo de los fuegos agrícolas y la prevención y control de incendios son mecanismos con los que se debe enfrentar los incendios forestales, además de compartir experiencias y recursos entre diversos países.

Los aspectos relacionados con la gobernanza de los bosques, las tierras forestales y los productos forestales maderables también deben ser considerados.

Los países tienen que conocer en detalle la situación de sus bosques, para lo cual es clave que realicen inventarios y monitoreos constantes para evaluar sus políticas forestales.

Los efectos del cambio climático y la variabilidad del clima en los ecosistemas forestales son evidentes en todo el mundo. Los gestores forestales son también responsables para enfrentar los desafíos del cambio climático.

Cabe resaltar la contribución de los bosques, los árboles y los sistemas agroforestales a la seguridad alimentaria y nutricional, para la lucha contra la pobreza, para mejorar y proteger los medios de vida, y garantizar sistemas  agropecuarios productivos y sostenibles.

Es preciso mejorar la seguridad alimentaria conservando los árboles en las explotaciones agrícolas, fomentando la regeneración natural y plantando árboles y otras especies forestales.

viernes, 21 de agosto de 2015

SOSTENIBILIDAD ENERGÉTICA


Actualmente el consumo urbano supera el 70% del consumo de energía mundial, con procedencia externa a la ciudad, lo que supone no solo la necesidad de disponer de infraestructuras de abastecimiento que permitan transportar la energía necesaria sino también la visión de tener referencia real de las consecuencias en origen de la extracción, transformación y distribución de la energía consumida.
 
Desde una perspectiva de escasez de recursos y de un crecimiento continuo del tamaño, la ciudad por crecimiento demográfico, como ecosistema complejo, se enfrenta a la necesidad de adaptación a la realidad actual y futura de la energía, con la necesidad imperiosa, además, de recuperar su funcionalidad para cubrir las mínimas necesidades vitales.

En materia energética es necesario rediseñar el modelo energético actual definido en base de una supuesta disponibilidad ilimitada de fuentes de energía como a una capacidad de absorción infinita de las consecuencias medioambientales que su uso indiscriminado genera.

El desarrollo de un modelo más sostenible sobre la cobertura de las necesidades energéticas debe formar parte de una concepción de las ciudades más centradas en recuperar por parte de las personas que viven en el medio urbano el papel de ciudadano frente al de consumidor, dándoles capacidad de actuación y decisión, en un entorno abierto y con reglas de juego transparentes, para que puedan gestionar sus necesidades energéticas y como las quieren cubrir.

Es importante destacar de nuevo la necesidad de cambiar de un modelo energético como el actual en el que la disponibilidad de oferta de energía es inagotable y capaz de cubrir cualquier necesidad energética por irracional que sea frente a un modelo que debe estar enfocado desde el punto de vista de la capacidad de gestión de la demanda.

El modelo debería estar basado en 6 ejes de desarrollo, que deben configurar la base de un nuevo comportamiento tanto de los ciudadanos como de las instituciones para conseguir una ciudad con una gestión energética sostenible y responsable con el entorno no urbano:

  1. Demanda de energía basada fundamentalmente en la electricidad.
  2. Origen de la energía basada en fuentes de energía renovable
  3. Uso racional de la energía: eficiencia y ahorro energético.
  4. Desarrollo urbanístico y movilidad.
  5. Incorporación de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)
  6. Incorporación de políticas de apoyo e instrumentos

Se quiere alcanzar ciudades más sostenibles energéticamente, con mayor calidad de vida y para una creciente población urbana y con un menor uso de recursos.

viernes, 14 de agosto de 2015

LA GANADERÍA Y SU IMPACTO

La ganadería extensiva, es aquella práctica de la ganadería realizada en terrenos de gran extensión para que dichos animales puedan pastar, en grandes extensiones  de tierra. Razón por la cual, es una de las principales causas de la deforestación en los países amazónicos.
Sólo la deforestación causada por la ganadería es la responsable de la liberación  de una tonelada de carbono a la atmósfera cada año por kilogramo de carne, lo que equivale a 3.4% de las emisiones mundiales actuales.
Los sistemas extensivos de bovino a gran escala, son el tipo de ganadería que predomina en América Latina, de baja productividad con menos de un animal por hectárea de pastizales, y donde se han incorporado menos insumos tecnológicos.
La actividad ganadera figura entre los sectores más perjudiciales para los cada día más escasos recursos hídricos, contribuyendo entre otros aspectos a la contaminación del agua.
La carne para el ser humano, es una fuente principal y casi exclusiva de proteínas y grasa. El consumo excesivo de carne da lugar a enfermedades como la gota, la hipertensión, diabetes, problemas hepáticos o un aumento del colesterol en la sangre.
Sorprende el hecho de que, al contrario de lo que nos indica la lógica, no tiene que ver el nivel económico de un país con el consumo de carne, es decir, es países en los que la economía doméstica es muy precaria, se consume carne como base de la alimentación; y al contrario, en países con gran calidad de vida y economías muy saneadas el consumo de carne es considerablemente inferior.
Nada más y nada menos que 16.000 litros de agua virtual son los que se necesitan producir un kilo de carne, se ha calculado la cantidad de agua requerida para hacer crecer los pastos que alimentan la vaca, la que se ha precisado para refrigerar y almacenar esa carne, la necesaria para transportarla, y multitud de otros detalles y momentos del proceso que no son habitualmente invisibles. Este es un concepto creado en 1993 por el investigador británico John Anthony Allan, y se denomina Agua Virtual que es la cantidad real de agua requerida para la fabricación de cualquier bien o producto agrícola o industrial.
El anterior paro acatado por el sector de la carne, le hace un favor a nuestros bosques, debido a que reduce la presión sobre él y principalmente a nuestra salud ya que estaríamos obligados a sustituir la carne por hortalizas, frutas o legumbres.

martes, 11 de agosto de 2015

EL PELIGRO DE LA PRODUCCIÓN DE QUINUA


Oruro es líder en la producción del grano de quinua con el 51% de las 61.182 toneladas métricas obtenidas en todo el país. El rendimiento de 1,2 toneladas métricas por hectárea, cuando el rendimiento promedio es de 0,7 TM/ha, hace que el cultivo se expanda a tierras del norte del departamento.
En Bolivia, la superficie cultivada de quinua casi se ha triplicado, pasando de 46 mil hectáreas a 131 mil hectáreas. La labranza de tierras vírgenes en la planicie ha extendido la frontera agrícola y ha reducido drásticamente la vegetación natural, fuente de alimento para el ganado.

El alza sostenida del precio estimula a los agricultores a producir más quinua. El precio de venta de la quinua casi se ha triplicado entre 1999 y 2015, llegando a 5.480 USD por tonelada; diez veces más alto que el precio de la soja y veinte veces más alto que el del trigo. El 90% de la producción total de quinua en Bolivia es hoy exportado.

La quinua se cultivaba exclusivamente con labranza manual y era sostenible. Pero ahora la mecanización del proceso de producción ha generado graves problemas. El uso de tractores, con arado de disco, y de sembradoras mecánicas ha provocado una grave degradación de la fertilidad del suelo y ha creado ambientes propicios para el crecimiento de diversas plagas.

Otro problema detectado es la destrucción de la cobertura vegetal al incorporarse nuevas áreas para la producción de quinua, lo que acelera el proceso de erosión pues la vegetación natural deja de cumplir su papel de barrera contra el viento que, al soplar sin obstáculos, elimina las capas superficiales del suelo. Dado que el altiplano ya vive un proceso de desertificación, la situación se torna alarmante.

Uno de los principales problemas es la pérdida de fertilidad del suelo, que puede restituirse modificando su preparación. Debe evitarse la labranza y rastrillado de tierras vírgenes. Debe ofrecerse capacitación a los agricultores en manejo de suelos, en el uso adecuado del tractor, en la elaboración de compost y en la incorporación de abonos verdes a base de leguminosa.
 
Esto ha provocado que la producción sostenible entre en crisis. Aún no se ha investigado si la labranza cero o siembra directa es una técnica adecuada para la producción de quinua.
 
La sostenibilidad del manejo tradicional se encuentra amenazada por el creciente mercado de exportación que ha llevado a la expansión de la mecanización y, de ahí, a la erosión del suelo, el crecimiento de plagas, la disminución en el uso de abonos orgánicos y el cultivo intensivo.
 
Propuestas en torno al mejoramiento de las condiciones de manejo agronómico, considerando la diferenciación de acuerdo al relieve de la zona y el mejoramiento genético, son prioritarios, ya que permiten incrementar el rendimiento y mejorar la productividad, a tiempo de prevenir y reducir los impactos negativos.