Translate

miércoles, 27 de mayo de 2015

CONSERVAR LOS RECURSOS GENÉTICOS FORESTALES



Debe promoverse la conservación de los recursos genéticos forestales, debido a que se encuentran sometidos a una presión que va en aumento, gracias a la conversión de bosques en tierras para cultivos y pastizales

Los bosques proporcionan alimentos, bienes y servicios que son esenciales para la supervivencia y el bienestar de la humanidad. Estos beneficios dependen de la salvaguardia de la diversidad genética forestal, que se encuentra cada vez más amenazada.

Hace falta concienciación sobre la importancia de los recursos genéticos forestales para mejorar la producción forestal y los ecosistemas, para que las políticas nacionales no sean parciales, ineficaces o inexistentes y se pueda avanzar hacia una mejor conservación y gestión sostenible de los preciosos recursos genéticos forestales.

La contribución de los bosques y los árboles para impulsar la seguridad alimentaria, reducir la pobreza y promover el desarrollo sostenible, depende de la disponibilidad de una gran diversidad de especies arbóreas.

La biodiversidad en recursos genéticos forestales es esencial para mejorar la productividad de especies forestales y el valor nutricional de los alimentos que producen, entre los que se incluyen hortalizas de hoja, miel, frutas, semillas, frutos secos, raíces, tubérculos y setas.

Se calcula que en el mundo existen entre 80 000 y 100 000 especies arbóreas. De ese total, alrededor de 2 400 (en torno al 3 por ciento) son gestionados de forma activa por los productos y servicios que ofrecen.

También es de vital importancia desarrollar y fortalecer los programas nacionales de semillas, para asegurarse la disponibilidad de semillas de árboles apropiadas a nivel genético.
La conservación y manejo de los recursos genéticos forestales deben integrarse en políticas y programas más amplios a nivel nacional, regional y mundial.

viernes, 22 de mayo de 2015

ALIANZA SUDAMERICANA POR EL SUELO


La Alianza Sudamericana por el Suelo nace de la Alianza Mundial por el Suelo, la cual busca promover el uso y manejo sostenible del suelo para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, la adaptación al cambio climático, la provisión de servicios ambientales y el desarrollo sostenible.

Tiene cinco pilares fundamentales:

1- Promoción del manejo sostenible del suelo

2- Fomento de la inversión, la cooperación técnica, las políticas y la concientización

3- Promoción de la investigación y el desarrollo

4- Mejoramiento de la cantidad y la calidad de los datos e información sobre los suelos

5- Armonización de los métodos, medidas e indicadores para el manejo sostenible y la protección del suelo.

La Alianza Sudamericana por el Suelo facilita los vínculos con los programas y las actividades de manejo nacional y local del suelo con miras a fortalecer el trabajo conjunto y el desarrollo de sinergias.

Los suelos de la región son la base de la producción de alimentos, por lo que son fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria de todos sus habitantes. El suelo es un recurso no renovable: generar solo un par de centímetros de suelo puede tomar cientos de años.

Los suelos de América del Sur no sólo alimentan a la región, sino que juegan un rol clave en la alimentación global, ya que la región es una gran exportadora de alimentos, la degradación afecta, en diversas medidas, a una gran parte de los suelos agrícolas de Sudamérica.

La intensificación del uso de la tierra, por ejemplo en la Amazonía, la contaminación del suelo en zonas dedicadas a la actividad petrolera, y los cambios de uso del suelo para ampliar la frontera agrícola son también realidades que agravan la degradación del suelo.

Con respecto al cambio climático, el rol de los suelos es fundamental debido a que en el primer metro de profundidad de los suelos de América Latina y del Caribe se almacenan aproximadamente 185 giga toneladas de carbono orgánico, casi el doble de las reservas de carbono acumuladas en la vegetación de la Amazonía

La consolidación de esta Alianza Regional permitirá a los países unir sus esfuerzos para proteger, recuperar y manejar sus suelos, un factor esencial para lograr la erradicación del hambre.

lunes, 4 de mayo de 2015

ESCASEZ DE AGUA PARA EL 2050


El año 2050 el planeta necesitará un 60 por ciento más de alimentos, asimismo la agricultura es la mayor consumidora de agua a nivel mundial, obteniéndola de suministros procedentes de ríos, lagos y acuíferos.
Debido a la urbanización, el volumen de agua disponible se verá disminuido por la competencia de las ciudades y la industria.
Actualmente, la escasez de agua afecta a más del 40 por ciento de la población mundial, proporción que alcanzará los dos tercios para el año 20.
En algunas regiones la agricultura intensiva, el desarrollo industrial y el crecimiento de las ciudades son responsables de la contaminación de las fuentes de agua. El agua subterránea se utiliza más rápidamente de la que puede reponerse de forma natural, debido al consumo excesivo para la producción alimentaria y agrícola.
Por esta razón, se deben usar buenas prácticas de gestión y tecnología adecuada, para poder aumentar la producción agrícola con una limitada disponibilidad  de agua y tierra. Además de políticas gubernamentales e inversiones de sectores público y privado para asegurar la producción agrícola y ganadera y a su vez el cuidado de los recursos hídricos.
Las instituciones que gestionan el agua deben ser más trasparentes en sus mecanismos de asignación y fijación de precios y otorgar derechos de agua de forma justa e inclusiva, para evitar la degradación y el desperdicio.
Estas acciones son fundamentales para reducir la pobreza, aumentar los ingresos y garantizar la seguridad alimentaria de las personas que viven en zonas rurales y urbanas.
Debido a que la seguridad alimentaria e hídrica están estrechamente relacionadas, se debe realizar inversiones adecuadas desarrollando enfoques locales, asegurando cantidad, calidad y accesibilidad al agua para garantizar la seguridad alimentaria.
Además de adoptar programas que incluyan inversiones con beneficios a largo plazo, como ser habilitación de infraestructuras (sistemas de riego), gobernanza y capacidad técnica.
Se debe replantear políticas públicas, marcos de inversión y estructuras de gobernanza.