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martes, 27 de julio de 2010

ESTUDIO PARA ESTABILIZAR LOS NIVELES DE CO2 EN LA TIERRA


La humanidad ya dispone de la capacidad científica, técnica e industrial para frenar el problema del cambio climático en un plazo estimado de 50 años, a través de medidas para estabilizar en 500 partículas por millón los niveles de dióxido de carbono (CO2), gas causante del cambio climático en nuestro planeta, de manera que pueda invertirse la tendencia a partir de 2054, cuando sí existan las tecnologías necesarias que permitan acabar con el problema.
Se calcula que las emisiones de carbono procedentes de la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón), que han aumentado un 1,5% de media en los últimos 30 años, lo seguirán haciendo al mismo ritmo hasta alcanzar el doble de la concentración actual de carbono en las próximas cinco décadas. Se llegará así a triplicar los niveles preindustriales de CO2 en la atmósfera, cuando se encontraba en una concentración de 375 partes por millón.
Como muestran diversos estudios que relacionan el aumento de estos niveles con el cambio climático que sufre nuestro planeta, se prevé un significativo calentamiento global a lo largo de este siglo, cuyos efectos se estiman, entre otros, en un descenso de la producción agrícola, la aparición de nuevas amenazas para la salud y el incremento de fenómenos meteorológicos extremos, tales como huracanes, sequías y olas de frío o calor, que ya llevan afectando a diferentes regiones del planeta en las últimas décadas.
Sin embargo, el avance del efecto invernadero y, por extensión, sus consecuencias, podrían frenarse si las emisiones se mantienen estables los próximos 50 años en los 7.000 millones de toneladas anuales de CO2 que se producen ahora. De esta manera, podría evitarse la liberación de aproximadamente 175.000 millones de toneladas hasta el año 2054, que se acumularían en la atmósfera en el caso de llegar hasta los 14.000 millones anuales previstos para entonces.
Eso sí, sin dejar de satisfacer las necesidades energéticas mundiales, que además se verán incrementadas sensiblemente por la presión demográfica.
Ante esta perspectiva, la solución para poder abastecer un consumo cada vez mayor no sólo pasa por mantener los índices de emisión actuales, sino que éstos tendrían que reducirse prácticamente a cero. Para ello, el estudio incide sobre todo en dos puntos: la necesidad de explotar energías limpias, con emisiones de carbono muy limitadas o inexistentes, y desarrollar la capacidad de almacenamiento de CO2, utilizando los depósitos que ya existen bajo tierra. Además, estas medidas contemplan cambios en las actuales técnicas forestales y agrarias con el fin de conseguir maximizar su producción sin tener, por ello, que aumentar las emisiones.
Éste es sólo el primer paso, pero todavía quedaría mucho por hacer. Para que este plan global tenga éxito, las propuestas deben ir acompañadas de una investigación continua para encontrar fuentes de energía alternativas, ya que serán necesarias nuevas medidas después de estos 50 años si se quiere acabar definitivamente con el calentamiento del planeta. (SCIENCE)

lunes, 19 de julio de 2010

CAMBIO CLIMÁTICO PUEDE EXTENDER ENFERMEDADES

(Fuente PNUMA)
Un grupo de expertos en parasitología advirtió de que, a consecuencia del cambio climático, enfermedades infecciosas tropicales como la malaria o la Leishmaniasis podrían incrementarse "considerablemente" el 2010 en países occidentales.

La directora del Centro Internacional de Referencia sobre Análisis Molecular de Parásitos y Vectores de la Universidad de Valencia, María Dolores Bargues, aseguró que el incremento de las temperaturas puede provocar que enfermedades que se creían "muy lejanas" lleguen a los países desarrollados.

Bargues también se refirió a la malaria, que se transmite a través de un mosquito y cada año puede causar cerca de tres millones de muertes, lo que "es como si un Boeing 747 lleno de personas se cayera cada hora".

Esta afección se circunscribe a determinadas zonas tropicales, "pero con el cambio climático las temperaturas se están incrementando y la franja tropical cada vez está subiendo más; por ello, es importante valorar las consecuencias que esto puede tener" en la salud humana, agregó.

En el encuentro también se analizó un informe de la ONU sobre el cambio climático que establece que, "a menos que se tomen medidas a escala mundial, la temperatura media de la superficie terrestre aumentará entre 1.4 y 5.8 grados centígrados entre 1990 y 2100.

Los expertos alertaron de que el cambio climático conlleva "un mayor riesgo de ciertas enfermedades infecciosas, especialmente las de transmisión vectorial" (causadas por insectos), ya que los cambios temporales y espaciales de las temperaturas provocan un aumento del número de crías y de la ingesta de sangre, a la vez que reducen los tiempos de incubación de los parásitos.

martes, 13 de julio de 2010

LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN DE SUELOS


La Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD por sus siglas en ingles) comunica que existe una estrecha relación entre los medios de subsistencia y el bienestar del ecosistema, por un lado, y el suelo rico en biodiversidad, por otro. Un suelo sano produce vida y, sin embargo, la salud del suelo depende en gran medida del uso que de manera individualizada se le dé a la tierra. Lo que la población haga con el suelo determina la calidad y cantidad de los alimentos que se consumen y la manera en la que el ecosistema puede servir al ser humano. El aumento de la interdependencia ecológica también significa que mejorar los suelos en un lugar, es vivir bien en todas partes.
La biodiversidad del suelo no conoce fronteras ni límites de propiedad. Ahora los suelos y subsuelos son considerados en Bolivia como recursos naturales de carácter estratégico y de interés público para el desarrollo del país. El proceso natural de formación de dos centímetros de la capa superficial de suelo puede tardar más de 500 años, y su destrucción o destructuración necesita mucho menos tiempo. Por eso los suelos son ahora considerados como recursos naturales no renovables, lo que no debería ser, si pensábamos más en el uso sostenible y los procesos de regeneración de los suelos.
En algunos casos se pueden concentrar hasta cinco toneladas de vida animal en una hectárea de suelo.
Bolivia, a través del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, lleva a cabo una serie de acciones estratégicas, para hacer frente a la lucha contra la desertificación, a través del Plan de Acción Nacional de Lucha Contra la Desertificación, fenómeno particularmente presente en las regiones del Chaco, Valle y Puna:
El establecimiento o fortalecimiento de la legislación nacional para la aplicación de la CCD (Convención de lucha Contra la Desertificación)
Investigación, capacitación, difusión e implementación de tecnologías apropiadas de LCD (Lucha Contra la Desertificación)
Gestión y manejo sostenible integrado de cuencas hidrográficas
Monitoreo de procesos de degradación e identificación de causas y efectos
Priorización de recursos del nivel nacional, departamental y municipal

martes, 6 de julio de 2010

"Los cambios no son buenos, ni malos... simplemente son una oportunidad para replantear nuestra vida, nuestras cosas"

lunes, 5 de julio de 2010

EL PETRÓLEO NO CONDUCE A UN VERDADERO DESARROLLO


Por Carlos Miguelez, periodista

Las potencias económicas y los medios de comunicación actúan como si nuestra vida dependiera del petróleo. La humanidad no puede necesitar de manera tan desesperada algo que amenaza nuestro medio ambiente y que ha sido un pretexto para querellas internacionales. Un desarrollo sano, además de contar con un bienestar social, político y económico, debe respetar el entorno ambiental. Pero las instituciones financieras suelen medir el desarrollo de los países en términos de cuánto consumen.

Si todos los habitantes del planeta utilizaran papel de baño, no quedaría ningún bosque. Eso no se dice, como tampoco se informa lo suficiente de que un consumo excesivo de petróleo hiere de gravedad el medio ambiente. Algunos científicos de EEUU han negado esa hipótesis, lo cual incita a sus grupos de poder a buscar políticas ambientales aislacionistas.

Lo primero que hizo EEUU fue descalificar los protocolos de Kioto, que pretenden que los países con desarrollo industrial reduzcan de manera solidaria las emisiones de CO2 y así evitar el calentamiento de la Tierra. China y Rusia han sostenido la misma política desde hace varios años.
Los aerosoles y las neveras producen CFC (Cloro-fluoro-carbonos) que perforan la capa de ozono, mientras la combustión de petróleo produce el llamado efecto invernadero. Es tanta la densidad de gases en la atmósfera que se queda atrapado el calor del planeta. Se generan bruscos cambios climáticos, se contamina la atmósfera y decrece la biodiversidad. El derretimiento de los polos, causado por la subida de las temperaturas, amenaza la permanencia de grandes extensiones de tierra sobre el nivel del mar.Los países con recursos económicos y tecnología punta son quienes tienen la clave para evitar un caos ambiental. Cuentan con los mejores científicos de todo el mundo para llevar hasta sus últimas consecuencias las investigaciones sobre energías alternativas, además de tener en sus manos suficiente capital para desarrollarlas.

Es vergonzoso argumentar en contra de esas iniciativas por su costo, pues países como Alemania, España y Dinamarca son líderes en la producción de energía eólica y no cuentan con la riqueza de países como EEUU o China. Si no comienzan ellos, otros países seguirán el pernicioso ejemplo. Si Rusia y China importaran petróleo y produjeran neveras al mismo ritmo que EEUU, la capa de ozono no resistiría el daño irreversible. El crecimiento económico de China apunta hacia esa dirección.

Los pozos petrolíferos, además, generan graves problemas de salud. Los gobiernos gastarán cada vez más en la sanidad pública en lugar de invertirla en energías alternativas si no implementan fuentes de energía renovables. En la actualidad, se despilfarra en la industria petroquímica. Es un gasto a fondo perdido porque los hidrocarburos se agotarán en pocas décadas.

El bloqueo económico que algunos países han hecho a las energías renovables por defender sus intereses nacionales ha mermado el pleno desarrollo de estas tecnologías. El éxito de las energías limpias en algunos países se ha dado porque sus gobiernos promueven reducciones fiscales para quienes invierten en ellas, además de facilitar préstamos con intereses bajos. También ayudarán al progreso en el campo energético iniciativas como el Wind Force 12. Ésta busca que, para 2020, el 12% de la energía mundial sea de origen eólico.

No todos conocen el alcance que podría tener la energía solar, a la cual podemos acceder regularmente, con bajo coste y que contamina poco. Hay lugares en el mundo que cuentan con más de 300 días de luz intensa al año y, por tanto, podrían aprovechar esta fuente inacabable de energía. Aunque requiere un desembolso inicial alto, es una inversión que no sólo se recupera a largo plazo, sino que en un futuro, producirá enormes ahorros y beneficios económicos. Se necesitan iniciativas gubernamentales y privadas que ofrezcan facilidades para desarrollar la energía solar, similares a las que se han aplicado en Europa con la energía eólica. Desiertos como el Sáhara, El Gobi o los de Arabia y Asia Central podrían producir la energía necesaria para recuperar los espacios verdes suficientes y cambiar el ciclo de las lluvias. Y para que esa energía solar pudiera sustituir a la de los hidrocarburos.

Aunque nos hagan creer que dependemos del petróleo y aunque el panorama ambiental parezca sombrío, hay propuestas alternativas a nuestro alcance. Es necesario un esfuerzo global que comience en los gobiernos y cale al resto de la sociedad. Pues es algo que le afecta a la humanidad entera.