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jueves, 3 de noviembre de 2016

Medio Ambiente y los Conflictos Armados


Cada 6 de noviembre se celebra el Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que en los últimos 60 años al menos el 40% de los conflictos armados han tenido alguna relación con la explotación de los recursos naturales, tanto por ser considerados de “mucho valor”, como madera, diamantes, oro, minerales o petróleo, como por ser escasos, por ejemplo, la tierra fértil y el agua. Cuando se trata de conflictos relativos a los recursos naturales se duplica el riesgo de recaer en el conflicto.
Aunque la humanidad siempre ha contado sus víctimas de guerra en términos de soldados y civiles muertos y heridos, ciudades y medios de vida destruidos, con frecuencia el medio ambiente ha sido la víctima olvidada. Los pozos de agua han sido contaminados, los cultivos quemados, los bosques talados, los suelos envenenados y los animales sacrificados para obtener una ventaja militar.
Las Naciones Unidas conceden gran importancia a garantizar que la actuación sobre el medio ambiente es parte de la prevención de conflictos, del mantenimiento de la paz y de las estrategias de consolidación de la paz, porque no puede haber paz duradera si los recursos naturales que sostienen los medios de subsistencia y los ecosistemas son destruidos.
Un número considerable de Estados tienen leyes o reglamentaciones en vigor destinadas a proteger el medio ambiente en relación con los conflictos armados. Cada vez son más los Estados y organizaciones internacionales que han adoptado medidas para garantizar la protección ambiental durante las operaciones militares.

Principios: El medio ambiente natural tiene carácter civil por naturaleza y no puede ser atacado, a menos que una parta de él se convierta en objetivo militar y solo en ese caso. El medio ambiente natural será respetado y protegido de conformidad con el derecho internacional aplicable y, en particular, el derecho internacional humanitario. Durante los conflictos armados deberán aplicarse los principios y normas fundamentales del derecho internacional humanitario, incluidos los principios de precauciones en el ataque, distinción y proporcionalidad y las normas sobre la necesidad militar, de manera que se intensifique lo máximo posible la protección del medio ambiente. Se deben mantener en cuenta las consideraciones ambientales al evaluar lo que es necesario y proporcionado en pos de objetivos militares lícitos. Quedan prohibidos los ataques contra el medio ambiente natural como represalias. Las zonas de gran importancia ecológica deberían ser designadas zonas desmilitarizadas por los Estados antes del comienzo de un conflicto armado o, por lo menos, en su inicio. 

martes, 25 de octubre de 2016

ROPA ECOLÓGICA


Muchas personas ven su ropa como funcional, a la moda, o las dos, pero no prestan atención a los medios y materiales empleados para producir sus ropas. Al comprar ropa y zapatos hechos a partir de materiales naturales como algodón, lino, y cáñamo, una persona puede crear un impacto menor en el medio ambiente.
El concepto de ropa amigable con la tierra ha existido por décadas, pero muchos de quienes las usan no saben cómo tener cuidado al elegir su ropa. El Sector textil es uno de los que más explota los recursos naturales, especialmente a raíz del abuso en compras de ropa y complementos que se da actualmente. Generalmente compramos más de lo que tenemos y solemos hacerlo en firmas, que usan métodos de confección muy agresivos para el planeta, tanto en la fabricación, como en la obtención de materias primas y durante los procesos de tintado. Si le gusta la moda e ir bien vestido, pero no quiere contribuir con esta explotación, es un buen momento ahora para empezar a vestirse de forma ecológica.
La moda no está reñida con la responsabilidad ambiental, sólo hay que saber elegir qué se compra y dónde. Se trata de discernir qué necesitamos realmente y comprobar si las prendas que ya tenemos, puedan ser reconvertidas o reparadas, en lugar de adquirir más por el placer de “estrenar”.
Si va a adquirir prendas nuevas, puede empezar a fijarse en algo más que en el precio, talla, color y forma. Tiene que saber, además, de que material está hecho. No es lo mismo comprar una ropa confeccionada con materias primas orgánicas renovables que una que obtiene sus materias primas mediante procesos químicos que han comprendido un daño para el medio ambiente.
Elija prendas hechas de cáñamo, algodón y lino, materiales de origen vegetal, intentando que no tengan ninguna otra fibra sintética y que sean materiales orgánicos como la seda. Rechaza la ropa de poliéster, nylon, lycra, poliamida y similares, pues son fibras sintéticas obtenidas mediante procesos químicos y, sobre todo, evita comprar vestidos confeccionados con fibras derivadas del petróleo, como el acetato o el rayón.
Las pieles de animales, por ejemplo, son de las peores prendas que podemos comprar. Lo ideal es asegurarse que aquello que compramos no ha supuesto sufrimiento para ningún animal.

Vestir con conciencia verde, además de tener un traje bonito, duradero y exclusivo, podrá in por la calle feliz consigo mismo sabiendo que su ropa no está dañando tanto al medio ambiente.

martes, 11 de octubre de 2016

CIUDADES SUSTENTABLES


La ciudad es una de las creaciones humanas más complejas. Puede ser vista como un sistema conformado por sistemas naturales, físicos y culturales, interrelacionados en un área determinada; un sistema que no es homogéneo, y que no puede ser entendido como la suma de sus componentes.
El acelerado crecimiento de las ciudades sin planificación previa, en función de las urgencias habitacionales o las oportunidades del mercado inmobiliario, ha modificado el necesario equilibrio entre naturaleza y ciudad. Según estadísticas de la ONU, se pronostica que hacia el año 2030, casi un 60% de la población mundial residirá en zonas urbanas. Las ciudades dependen de una gran variedad de recursos; y la forma en que estos recursos son usados, administrados, transformados y desechados después de su vida útil, tiene un profundo impacto no sólo sobre los habitantes de una ciudad en particular, sino sobre todo el planeta y sus habitantes.
Actualmente el crecimiento incontrolable de las ciudades a nivel mundial y particularmente en América Latina, no sólo ha contribuido a la emisión de gases de efecto invernadero que fomente al calentamiento global sino que está generando como consecuencia grandes problemas sociales, ambientales y económicos. Los problemas ambientales urbanos a los que se enfrentan las ciudades son: Contaminación por desperdicios urbanos, emisiones en las calles generado por el uso intensivo del automóvil, sobreexplotación de recursos naturales para suministrar materiales de construcción, falta de recursos para servicios públicos, degradación y agotamientos de recursos, congestión y deterioro de la infraestructura, destrucción total de ecosistemas y servicios ecosístemicos, desplazamiento y migración de personas del campo a la ciudad, desplazamiento de una ciudad intermedia a una ciudad de carácter metropolitano, pérdida de identidad cultural, costumbres y hábitos tradicionales, y escasez de vivienda adecuada.
Es así, como hoy en día las ciudades son un organismo que consumen el 75% de los recursos naturales y generan el 75% de los residuos planetarios. Por esta razón, es necesario replantear la planificación urbana y realizar propuestas encaminadas a generar cambios en la manera en cómo se aborda el tema de las ciudades, encaminadas hacia el desarrollo sustentable. Una ciudad sustentable será aquella que logre satisfacer de manera equitativa las necesidades de todos sus habitantes sin poner en peligro la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.
Esta ciudad deberá ofrecer a sus habitantes servicios de calidad para toda la población, un ambiente sano, viviendas dignas y suficientes, seguridad, parques, espacios deportivos y de recreación, convivencia social, empleo digno y bien remunerado, atención sanitaria completa y eficiente, educación de calidad y acceso a la actividad cultural.

martes, 4 de octubre de 2016

DÍA DEL ARBOL


En 1995, se establece el 1° de Octubre como día del árbol en Bolivia con el fin de promover y despertar la responsabilidad de conservarlos, como recurso natural invaluable. Nace como una iniciativa en procura de divulgar la importancia de los árboles para el país. Es una jornada para llamar a la sensibilidad.
Suecia fue el primer país del mundo en instituir un día del año como “Día del árbol”. Esto ocurrió en 1840, cuando en dicho país se había tomado conciencia de la importancia que tienen los recursos forestales, del cuidado que se debía brindar a los árboles, y la necesidad de introducir a los niños desde temprana edad, en el conocimiento y la práctica de una tarea a largo plazo.
Según la Organización Mundial de la Salud, en las grandes ciudades tienen que existir dos árboles por persona.
En algunos municipios del país, conmemorando este día, se entregan plantines ornamentales para la reforestación de las unidades educativas, siendo los principales actores de esta actividad los estudiantes. Otras instituciones recuerdan este día, con actividades para emitir mensajes con la finalidad de sensibilizar a la población para el cuidado y preservación del árbol.
Los árboles prestan servicios valiosos como: sombra, control de erosión eólica e hídrica, reducción de la evapotranspiración, acumulación de materia orgánica en el suelo, reciclaje eficiente de nutrientes minerales, retención e infiltración del agua en el suelo y un hábitat adecuado para algunas especies nativas de flora y fauna.
Los árboles producen: madera, leña, carbón, gomas, resinas, aceites, material para artesanía, medicinas, hongos, frutos comestibles, forraje, fibras y materiales de construcción (postes, vigas, puntales).

Razones para plantar y cuidar árboles o defender su importancia: combaten el cambio climático, limpian el aire, proporcionan oxígeno, refrescan las calles de la ciudad, conservan energía, ahorran agua, ayudan a prevenir la contaminación del agua, ayudan a prevenir la erosión del terreno, protegen a los niños de los rayos ultravioleta, proporcionan alimento, sanan, reducen la violencia, marcan las estaciones del año, generan oportunidades económicas, son maestros y compañeros de juego, reúnen grupos diversos de personas, aumentan la unidad, proporcionan hábitat para la vida silvestre, bloquean vistas desagradables, proporcionan madera, aumentan el valor de la propiedad y aumentan el movimiento comercial.